martes, 7 de febrero de 2012

Volvamos a la senda antigua


 “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma.” Jeremías 6:16 
Hoy, igual que al pueblo de Israel en el Ant. Testamento, el Señor le pide a la iglesia que se detenga y revise la senda por donde está caminando. Dios nos pide a los creyentes que retomemos el camino que nos marcó Jesús, el camino del genuino evangelio.
Paraos en los caminos de las distintas teologías modernas, preguntad por el camino de la cruz, de la redención, del sacrificio y muerte de Cristo, por ti y por mí; preguntad por el camino de la salvación, retomadlo y caminad por él. Dejemos ya la senda de la mediocridad, la senda del evangelio liviano y deformado y caminemos por las sendas de Jehová, porque: “Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios.” Sal.25:10. Retomemos la senda antigua de vida de oración y de santidad que dejamos y confesemos el pecado, solo cuando declaramos el pecado al Señor tenemos descanso y paz en nuestra alma, Salmo 32:3-5.
Muchos creyentes después de haber conocido al Señor, han retrocedido, se han desviado del camino que lleva a la vida eterna y han vuelto a las sendas del mundo, del pecado y de la muerte; se encuentran desanimados, y posiblemente también, habrán querido volver, pero sienten  que es inútil intentarlo de nuevo.
A ellos Dios también les está haciendo hoy esta invitación, a detenerse y examinar el camino que llevan y retomar la senda que dejaron con la confianza de que en el corazón de Dios encontrarán un derroche de misericordia y de perdón para con todos aquellos que se arrepienten y le buscan de todo corazón y obedecen su Palabra. ¡Qué hermoso es el amor de nuestro Dios!
El Señor quiere una iglesia fiel, que no fornica con el mundo, una iglesia pura, santa, vestida con vestidura blanca que ha sido lavada con la sangre del Cordero, y perseverante hasta el día de su venida. Ap. 3:5 y 7:14.
Déjate enseñar el camino y la senda en que debes andar, Salmo 32:8. Clama hoy con el salmista: “Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación.” Salmo 25:4-5.
Amado hermano, si esta es tu situación, te invito pues, a renunciar al pecado, a reconciliarte con el Señor nuevamente y a buscarle de todo corazón; haz un alto en el camino de tu vida y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál es el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra (conciencia) alma. Jer.6:16
Que Dios te bendiga.                                  

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