“Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y
mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad
por él, y hallaréis descanso para vuestra alma.” Jeremías 6:16
Hoy, igual que al pueblo de
Israel en el Ant. Testamento, el Señor le pide a la iglesia que se detenga y
revise la senda por donde está caminando. Dios nos pide a los creyentes que
retomemos el camino que nos marcó Jesús, el camino del genuino evangelio.
Paraos en los caminos de las
distintas teologías modernas, preguntad por el camino de la cruz, de la
redención, del sacrificio y muerte de Cristo, por ti y por mí; preguntad por el
camino de la salvación, retomadlo y caminad por él. Dejemos ya la senda de la
mediocridad, la senda del evangelio liviano y deformado y caminemos por las
sendas de Jehová, porque: “Todas las
sendas de Jehová son misericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus
testimonios.” Sal.25:10. Retomemos la senda antigua de vida de oración y
de santidad que dejamos y confesemos el pecado, solo cuando declaramos el
pecado al Señor tenemos descanso y paz en nuestra alma, Salmo 32:3-5.
Muchos creyentes después de haber
conocido al Señor, han retrocedido, se han desviado del camino que lleva a la
vida eterna y han vuelto a las sendas del mundo, del pecado y de la muerte; se
encuentran desanimados, y posiblemente también, habrán querido volver, pero
sienten que es inútil intentarlo de
nuevo.
A ellos Dios también les está
haciendo hoy esta invitación, a detenerse y examinar el camino que llevan y retomar
la senda que dejaron con la confianza de que en el corazón de Dios encontrarán
un derroche de misericordia y de perdón para con todos aquellos que se
arrepienten y le buscan de todo corazón y obedecen su Palabra. ¡Qué hermoso es
el amor de nuestro Dios!
El Señor quiere una iglesia fiel,
que no fornica con el mundo, una iglesia pura, santa, vestida con vestidura
blanca que ha sido lavada con la sangre del Cordero, y perseverante hasta el
día de su venida. Ap. 3:5 y 7:14.
Déjate enseñar el camino y la
senda en que debes andar, Salmo 32:8. Clama
hoy con el salmista: “Muéstrame, oh
Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame,
porque tú eres el Dios de mi salvación.” Salmo 25:4-5.
Amado hermano, si
esta es tu situación, te invito pues, a renunciar al pecado, a reconciliarte
con el Señor nuevamente y a buscarle de todo corazón; haz un alto en el camino
de tu vida y mirad, y preguntad por las
sendas antiguas, cuál es el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso
para vuestra (conciencia) alma. Jer.6:16.
Que Dios te bendiga.
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