sábado, 23 de junio de 2012

El varón que es Bienaventurado


Texto: Salmo 1

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.”
Toda la biblia fue escrita en género masculino, pero cuando dice: “el hombre,” se refiere también a la mujer. Pero el texto que tomamos hoy para el mensaje, lo vamos a aplicar específicamente al VARÓN, como autoridad, cabeza y sacerdote de la familia, por designio de Dios.           
Bienaventurados o dichosos son los varones que no andan en reuniones de impíos. Los que se guardan de camino de pecado. Los que hacen de la palabra de Dios su delicia diariamente y viven en obediencia a ella, meditando en su LEY en todo momento.
Los que cuidan de que nada los aparte del camino de santidad al que han sido llamados, es decir: Bienaventurado es aquel varón que no anda rodeado de malas compañías que le induzcan a los vicios y al descuido de sus responsabilidades como padre; que es temeroso de Dios y que le sirve de corazón; que guarda y gobierna bien su casa; que ama y respeta su familia, porque un varón que pone otras cosas en primer lugar, antes que a su esposa y a sus hijos, muy pronto verá cómo su hogar, su casa, se destruye y se derrumba. Es como aquel insensato que edificó su casa sobre la arena. Cualquier viento de tempestad, de cualquier pequeño problema, le destruye su familia y su matrimonio en un instante. Mt. 7:26-27.
La casa, el hogar, o la familia, como le llama la biblia, el hombre sabio la construye de rodillas. Solo de rodillas delante de Dios, el varón puede sostener su “casa” tomando la autoridad como cabeza y si como sacerdote, unge y ministra su familia en oración todos los días. Solo así, su “casa” puede resistir las tempestades de afuera que arremetan contra ella y los ataques de Satanás, porque está edificada sobre la roca firme que es Cristo.
Bienaventurado es el varón cuando da buen testimonio en su casa y a los de afuera, andando en los preceptos del Señor. 
Cuando el varón se compromete con el Señor, y le entrega su vida y su familia y pone su confianza totalmente en él viviendo en sus preceptos, todo le tiene que salir bien, porque está obrando conforme a la voluntad perfecta de Dios.
Es como ese árbol plantado cerca a una fuente de agua, que permanece fresco, no se marchita con el rigor del sol y da buen fruto en su tiempo: en el tiempo del Señor, porque está inmerso en la fuente de la unción del Espíritu Santo. En el río de la gracia de Dios.

Bienaventurado es el varón que vive y permanece en la voluntad de Dios, porque es dueño de las promesas de Dios: y todo lo que hace prosperará.
Edifica y prospera su familia y no tendrán falta de ningún bien, y el amor, la paz, la unidad y el respeto son prosperidad en la familia.
El varón que edifica su casa amando y respetando a su esposa y educa a sus hijos en amor y temor de Dios, siempre será bendito, porque Dios tiene cuidado de él y prospera toda obra de sus manos; pero ante todo, lo prospera espiritualmente: cada día crece en amor, fidelidad y confianza en Dios y recibe dones y ministerios.
En lo material todo lo que hace prosperará también, porque es honesto en su trabajo, correcto en los negocios y no hace negocios sucios para obtener ganancias deshonestas.

La Palabra afirma muchas veces esta Bienaventuranza a los creyentes: Es bienaventurado todo aquel que lleva una vida recta, limpia y sin engaño. “Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Y Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño.” Sal. 32:1-2. Este varón, indudablemente es conforme al corazón de Dios.
Sal. 40:4,Bienaventurado el varón que pone en Jehová su confianza” y no tiene envidia de los arrogantes ni de los que andan por mal camino, que viven de la mentira y el engaño.

Al depender absolutamente de Dios, Dios que es fiel a sus promesas, le suple en todas sus necesidades materiales y espirituales. Noé, Abraham, Enóc y muchos otros varones de la biblia, Dios se agradó de ellos porque vivían en reverente y santo temor de Dios.
Amado varón que lee este mensaje: busque el rostro del Señor cada día y pida inteligencia y sabiduría para gobernar su casa. Bienaventurado es el que busca la sabiduría y la inteligencia en el Señor. Pr. 3:13.
Alabe a Dios siempre, aún cuando le pida cosas difíciles, como renunciar a algo que le duele o le cuesta. No olvide que usted como columna de su hogar debe estar afirmado en la Roca.
Bienaventurado el que se mantiene firme en el Señor, soportando la tentación y la prueba; este recibirá la corona de la vida eterna. Santiago 1:12.  Dios le bendiga.                        
                                                                                                              Orfília Miranda L.

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