1de
Samuel 25:23-35
Este relato
bíblico resalta el valor y la inteligencia de una mujer de decisión y de carácter
que sabe cómo y cuándo actuar ante una situación difícil y de alto riesgo para
sí misma y/o su familia.
Abigail es ese
tipo de mujer inteligente, sensata y seria que inspira confianza y se gana el respeto
y la admiración de quienes la escuchan cuando habla. Es una mujer persuasiva y capaz
de ver más allá de sí misma.
Su esposo Nabal es
un hombre muy rico de mal temperamento, egoísta e insensible que no mide las consecuencias
de lo que dice o hace.
David tiene
varios días caminando con sus hombres huyendo del rey Saúl que lo perseguía. Al
llegar a las tierras de Nabal, alienta la esperanza de que Nabal les supliría alimento
y agua fresca para él y sus hombres. Envía pues mensajeros que se adelantan
para llevar el mensaje de David a Nabal. Este hombre que es de corazón duro y de
mal temperamento, niega conocer a David y les responde mal a los enviados de
David.
1Sam. 25:10, “¿Quién es David, y quién es el hijo de
Isaí?” Nabal se niega al pedido de David, y los mensajeros se vuelven con
las manos vacías. La respuesta de de Nabal enoja demasiado a David, quien inmediatamente
toma la decisión de ir a tomar venganza contra Nabal, y a arrasar con todo, su
familia y sus posesiones.
Abigail que ya
ha sido avisada de lo acontecido por uno de sus criados, supone las consecuencias
que esto traería a la familia; y sin el consentimiento de su marido, prepara rápidamente
alimentos y provisiones para David y sus hombres y se dispone a llevárselas antes
que sea demasiado tarde.
1Sam. 25:23-24: “Y cuando Abigail vio a David, se bajó prontamente del asno, y postrándose
sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra; y se echó a sus
pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el
pecado; mas te ruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos, y
escucha las palabras de tu sierva.”
Es una súplica
de Abigail hacia David con humildad, pero con dignidad: ella usa la diplomacia
y se responsabiliza ante David por el mal comportamiento de su marido echando
la culpa sobre sí, al tiempo que le ruega que tan solo la escuche antes de
tomar cualquier decisión apresurada.
1Sam. 25:25, “No haga caso ahora mi señor de
ese hombre perverso, de Nabal; porque conforme a su nombre, así es. El se llama
Nabal, y la insensatez está con él mas yo tu sierva no vi a los jóvenes que
tú enviaste.”
(Nabal significa
insensato. Según el diccionario Insensato significa individuo, irrazonable, irreflexivo,
necio y alocado).
Y continúa Abigail: 1Sa 25:26 “Ahora pues, señor mío, vive Jehová, y vive
tu alma, que Jehová te ha impedido el venir a derramar sangre y vengarte por tu
propia mano. Sean, pues, como Nabal tus
enemigos, y todos los que procuran mal contra mi señor.”
Y haciéndole entrega
de las provisiones a David le pide perdón por la ofensa, que no fue suya sino
de su marido pero ella la asumió; y lo bendice expresándole sus buenos deseos:
1Sam. 25:29-30 “Aunque
alguien se haya levantado para perseguirte y atentar contra tu vida, con todo,
la vida de mi señor será ligada en el haz de los que viven delante de Jehová tu
Dios, y él arrojará la vida de tus enemigos como de en medio de la palma de
una honda…” Y continúa diciendo: 1Sam. 25:31, “…entonces, señor mío, no tendrás motivo de pena ni remordimientos por
haber derramado sangre sin causa, o por haberte vengado por ti mismo. Guárdese,
pues, mi señor, y cuando Jehová haga bien a mi señor, acuérdate de tu sierva.”
Cosa que al parecer no estaba muy lejos.
Algunos hombres
no se merecen las esposas que tienen. Abigail fue una excelente mujer que Nabal
nunca supo apreciar ni valorar. Nabal no tomaba en cuenta a su esposa para nada.
Hoy existen muchos Nabales también como él.
Las palabras
sabias y el valor con que actuó Abigail, conmovieron a David y lo hicieron
recapacitar del daño que pensaba hacer.
1 Sam. 25:32-33,
“Y dijo David a Abigail: Bendito sea
Jehová Dios de Israel, que te envió para que hoy me encontrases. Y bendito sea
tu razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado hoy de ir a derramar
sangre, y a vengarme por mi propia mano.”
David le expresa
el agradecimiento a Abigail por haber llegado a tiempo y haberle impedido
cometer tan grande error de hacerles el mal que pensaba hacer. 1Sa 25:34 “Porque vive Jehová Dios de Israel que me ha
defendido de hacerte mal…,”
Luego de recibir
sus presentes le dice: “Sube en paz a tu
casa, y mira que he oído tu voz, y te he
tenido respeto”. 1Sam. 25:35.
De vuelta a
casa, Abigail encuentra a su marido en fiesta y borracho; ella es prudente y no
habla nada con él sino que espera al día siguiente cuando le ha pasado la borrachera
y le cuenta todo lo acontecido con David. Es tan fuerte el impacto de Nabal, al oír esto,
que desmayó su corazón en él, le da
un infarto y murió diez días después.
Al darse cuenta
David de la muerte tan repentina de Nabal, bendice a Dios por haber vengado su
afrenta de parte de Nabal y por haberlo librado del mal por las palabras de
Abigail.
Muchos hombres
como Nabal, no merecen a las esposas que Dios les ha dado. Abigail fue una excelente
mujer que Nabal nunca supo apreciar ni valorar. Abigail además de ser muy hermosa,
era más capaz que él para manejar su riqueza y los negocios. Pero Nabal no la tomaba
en cuenta para nada.
A pesar de que su
cultura y su esposo le daban poco valor por ser mujer, ella cuando pudo y tuvo
la oportunidad, usó sus habilidades. A David le impresionó su inteligencia y
sus habilidades, y cuando Nabal murió, se casó con ella.
Por sus acciones
rápidas y negociaciones inteligentes, evitó que David se vengara de Nabal. Tuvo
la visión del problema completo y fue el medio para la gran intervención de
Dios.
Si David no
hubiera prestado atención a las palabras de Abigail, por ser una mujer, hubiera
cometido un grave pecado.
Dios les da inteligencia
y sabiduría a las mujeres igual que a los varones. David dice: “bendito sea tu razonamiento” “oí tu voz, y te he tenido respeto”. Él queda
impactado de ella por sus palabras sabias y agradecido por haberle estorbado
cometer el pecado.
Estos son los versículos clave en este estudio:
1Sa 25:33-35 “Y dijo David a Abigail: bendito sea tu
razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado hoy de ir a derramar sangre, y
a vengarme por mi propia mano.
-Porque vive Jehová Dios de Israel que me ha
defendido de hacerte mal, que si no te hubieras dado prisa en venir a mi
encuentro, de aquí a mañana no le hubiera quedado con vida a Nabal ni un varón.
-Sube en paz a tu casa, y mira que he oído tu voz, y te he tenido respeto.”
Independientemente
de si se es hombre o mujer, para actuar con sabiduría y ser instrumentos efectivos del Señor, debemos permanecer siempre
bajo el control de Dios. Amén
Bendiciones.
Orfilia Miranda
L.