miércoles, 10 de noviembre de 2021

ALTIBAJOS DE LA VIDA CRISTIANA

 

ALTIBAJOS DE LA VIDA CRISTIANA

No importa cuántos años tengamos de convertidos, lo cierto es que ustedes y yo, si damos un vistazo atrás, muy seguramente descubrimos que en nuestra vida cristiana hemos tenido una serie de altibajos que no podemos negar; todos los hemos tenido en algún momento de nuestro caminar en la fe.

Esa es parte de nuestra condición humana, y como tal, no nos debe de preocupar.

Lo que sí nos tiene qué preocupar cuando descubrimos esto, es, qué hacemos, no podemos quedarnos allí en ese estado de postración espiritual.

1-Lo primero, es no desanimarnos.

2-Debemos recurrir a las herramientas o recursos que el Señor nos da, como son: la Palabra, la oración y la misma presencia del Espíritu Santo en nosotros.

-El Espíritu Santo es nuestro ayudador, nuestro consolador y fortaleza en los momentos de prueba y desánimo.  

Si usamos estos recursos adecuadamente y oportunamente, estemos seguros que no vamos a ser derrotados por el enemigo.

Cristo está con nosotros y la muerte y el pecado ya fueron vencidos por su sacrificio en la cruz del Calvario.

El pecado ya no tiene poder en nosotros.

 3-No rendirnos a los deseos pecaminosos de nuestra carne y no nos conformemos a este sistema mundano.

¡No nos dejemos meter en el molde del mundo!

Fácilmente podemos conformarnos al mundo sin darnos cuenta, si no estamos vigilantes.

Es fácil ser arrastrados a las corrientes profundas de las aguas del mundo si nos descuidamos un poco.

Somos muy propensos a aceptar cosas que en apariencia, no se ven tan malas y nos vamos deslizando y desviando del camino. Una basura y otra, y otra, van formando un gran basurero.

Debemos desconfiar de todo lo que el mundo nos ofrece.

 Rom. 12:2  No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Esta transformación del entendimiento solo se logra por la lectura de la biblia y la comunión estrecha con el Señor.

Cuando algo se transforma, adquiere una apariencia nueva, renovada por cambios sustanciales y deja de ser lo que antes era.

De igual manera, cuando nosotros cambiamos los patrones y conceptos mundanos por las enseñanzas y valores bíblicos, cambiamos nuestra manera de pensar y de actuar.

-Al renovar nuestro entendimiento, vamos a entender la Palabra de Dios y a conocer cuál es “su voluntad agradable y perfecta” para nuestras vidas.

1Pe 1:14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;

Muchos creyentes han hecho su entrega al Señor, pero no tienen una vida de oración y no leen la Palabra, no la escudriñan; y así no pueden conocer el propósito de Dios para sus vidas.

Solo si leemos la Palabra, conoceremos el consejo de Dios para obedecerlo y ser transformados.

 4- Vuelva a la cruz y confiese su pecado.

 Esta es una lucha diaria, contra nuestra propia naturaleza pecaminosa y Dios lo sabe y por eso nos dejó estos  recursos del arrepentimiento y la confesión del pecado.

Esto implica entrar en su presencia, humillarse delante de Dios, confesar el pecado y pedir perdón y él nos perdonará.

¡Qué misericordia tan grande! ¡Cada día sus misericordias son nuevas!

Lam. 3:22-23 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. -Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.”           

Dios mismo prometió perdonarnos y restaurarnos nuevamente a la comunión con Él.

1ª Jn 1.9, “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. El creyente tiene que estar barriendo la casa todos los días.

 -Pero además, no estamos solos en esto: el Espíritu Santo de Dios, el Consolador, está con nosotros en esta batalla contra el pecado.

*Con él hacemos morir las obras de la carne que antes nos dominaban.

Rom 8:13  porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis”.

*Tenemos la Palabra de Dios que nos enseña, instruye y nos corrige. 2ª Timoteo 3:15-17.

Y por la cual crecemos para salvación, 1ª Ped.2:2.

 *Tenemos la gracia de Dios que nos enseña a renunciar a la impiedad y deseos mundanos y a vivir con rectitud, Tito 2:11-12 “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente”.

 *Finalmente, Tenemos la promesa de Dios, de que él perfeccionará la buena obra que empezó en nosotros. Filip.1:6.

Como resumen:

1- Todos tenemos altibajos en la vida espiritual.

2- No debemos desanimarnos, y usar los recursos que el Señor nos da para continuar.

3- Mantengamos una comunión estrecha con el Señor y no nos conformemos a este siglo, y a las cosas mundanas.

4- Si caemos, volvamos al Señor, humillémonos delante de él pidiendo perdón, que él es rico en misericordia y nos perdona.

5- Finalmente, mantengamos una vida de estricta obediencia a la Palabra del Señor.

 

Dios les bendiga


domingo, 17 de octubre de 2021

EL RESENTIMIENTO

 Prov. 4:23Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”.

El RESENTIMIENTO es una herida profunda, gangrenada, fétida y permanente en el corazón del individuo resentido, que sangra todo el tiempo. Isaías 1:6 Por allí se nos va la vida, si no aplicamos medicina, pues la vida está en la sangre.

Todos a lo largo de nuestra vida, y con alguna frecuencia hemos sido lastimados, menospreciados, heridos, ofendidos y rechazados; esto no debería de ser así, pero es la condición humana, efecto de nuestra naturaleza caída.

-Yo no mando en el corazón del otro. Los demás pueden pensar lo que quieran de mí, pero yo decido si recibo eso, lo creo y le permito que me dañe.

El resentimiento está abajo del rencor a una escala nada más; de allí sigue el plan y la ejecución de la venganza.

El resentimiento es un malestar constante, un disgusto por todo, o hacia personas o situaciones, etc. etc.

El resentimiento es pecado: en un corazón resentido no hay amor, perdón, paz ni arrepentimiento.

De un corazón herido, resentido y amargado no puede fluir la adoración y la alabanza ni la gratitud.  

El resentimiento endurece el corazón, el no perdonar es soberbia, orgullo y altivez.    

Hebreos 12:15 dice: “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que, brotando alguna raíz de amargura, les estorbe, y por ella muchos sean contaminados.”

El resentimiento y la amargura son muy perversos: tienen un poder de contaminación terrible. No hay que prestar oído a los comentarios de las personas amargadas y resentidas para no terminar envueltos en conflictos y rumores.

La amargura y el resentimiento son muy dañinos, son más contagiosos, y peores que el Covid-19.

Así que, la Palabra de Dios nos recomienda atender el consejo de Prov.4:23:

“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”.

Como cristianos, ¿qué hacemos? ¿cómo manejamos estos sentimientos en nuestro corazón?

*¿Los rechazamos cuando los identificamos, los sacamos de nosotros, o, los albergamos en nuestro corazón, permitiéndoles que nos conviertan en resentidos y amargados?

¿Permitimos que se forme una montaña tan alta de conflictos sin resolver hasta que dañen nuestra salud espiritual y física?

El resentimiento nos aleja de Dios, deteriora y rompe relaciones de todo tipo, a todos los niveles. Nos enferma, es causa de muchos trastornos de salud; por salud nada más, debiéramos de perdonar siempre. Hoy hay personas que, sin ser cristianos, han optado por perdonar y mantenerse en paz solo por salud.

El resentimiento es indicio de un corazón no arrepentido, que no perdona las ofensas, las va guardando y las deja enraizar.

Síntomas: El resentido vive enojado; se queja constantemente y murmura de todo. Manifiesta un malestar permanente y no enfrenta los problemas con calma.

El pueblo de Israel es un típico ejemplo de personas ingratas, desagradecidas y amargadas que solo miraban lo que no tenían y lo malo; nada les agradaba. Todos los esfuerzos de Moisés eran motivo de queja y murmuración. Veían las maravillas de Dios todos los días a favor de ellos, y se quejaban de él. Hasta Dios mismo, los quería eliminar a todos porque ya no los soportaba.

Es triste ver que en las congregaciones se den casos de hermanos que no se saludan ni se hablan entre sí porque no se quieren. Esto dice mucho del nuevo nacimiento de estos cristianos; son creyentes, pero no obedientes.

*¿Dónde queda Jn.13:34-35?Amaos los unos a los otros, como yo os he amado. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”

¿Estamos dando ese testimonio de amor a nuestros familiares, vecinos y a los que tratamos todos los días?

¿Qué hacer con el resentimiento? Entendemos que pueden haber heridas muy profundas difícil de sanar y en nuestras fuerzas solos no podemos; pero dispongámonos, Jesús ya lo hizo en la cuz del calvario.

Busquemos al Señor, pidámosle perdón, pidámosle ayuda fortalezcámonos en él.

En 1 de Samuel 30:6 David se fortaleció en Dios.

Efesios 4:31 dice: “Quítese de vosotros toda amargura y enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.” Malicia es todo lo que se dice o se hace con una segunda intención.

Para entrar al reino de los cielos debemos tener un corazón puro: Salmo 24:4

 Mat.3:8 “Haced pues, frutos de arrepentimiento,”

Dicho de otra forma, mostrar con actos que es una persona convertida, que ha sido transformada, que vive una nueva vida en el Espíritu Santo.

*El arrepentimiento trae sanidad al corazón herido:

Jeremías 33:6He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.

Luc. 4:18, “El espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;”

 Cuando el profeta Natán termina de hablar de parte de Dios a David, este respondió: pequé contra Dios y se arrepiente y es cuando escribe el salmo 51. David sabe que solo Dios puede perdonarlo y restaurarlo.

Sal. 51:10Crea en mí, oh, Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.

El resentimiento va formando en nosotros un muro difícil de derribar y nos aísla de los demás.

Prov.18:19. “El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte, y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar”.

Hebreos 12:14-15 “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor: 

Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que, brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;” 

Si hay algo que se riega como un polvorín es la murmuración. Y producto del resentimiento es la murmuración, y en la iglesia, esta produce contiendas, celos, envidias y divisiones.

Finalmente, perdonar no es una opción: es un imperativo. (No tenemos derecho a retener el perdón habiendo sido perdonados sin merecerlo).

Solo si perdonamos seremos también perdonados por nuestro Padre, dice el Señor:

Mat. 6:14-15 “Pues si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará a vosotros vuestro Padre celestial; más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.”

Solo la gracia y el amor perdonador del Señor, puede limpiarnos, liberarnos del resentimiento y sanar las heridas de nuestro corazón.

Juan 14:15Si me amáis, guardad mis mandamientos.” Amor y obediencia.

 Ejemplos de perdón en la biblia: José tenía razones suficientes para haberse vengado de sus hermanos, y los perdonó.

David, tantos años perseguido por Saul para matarlo, lo tuvo en sus manos y no lo mató, lo perdonó.

Pero el acto de perdón más grande y sublime es el de Jesucristo en la cruz del calvario.

 **No le permitamos pues, al enemigo volver a levantar muros espirituales en nuestro corazón, con piedras de las canteras del infierno**

    Orfilia Miranda Londoño

 

martes, 6 de julio de 2021

EL ENOJO

 

Texto Bíblico: Stg.1:19-20

Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.

El enojo, ardor, furor, indignación, ira, disgusto o rabia, hace parte del grupo de nuestras emociones y se originan en el alma.

Las emociones son parte de nuestra compleja personalidad; nacen con nosotros y mueren con nosotros.

Las emociones en sí mismas, no las podemos calificar como buenas o malas, ni las podemos suprimir. Pero sí las podemos y debemos controlar para que no tengan dominio sobre nosotros.

*El enojo, así como la alegría, el gozo y la tristeza, es una reacción anímica que en ocasiones muchos no saben controlar.

*La Palabra de Dios no nos reprocha porque nos enojemos en algún momento, pero sí nos da un consejo que debemos tomar muy en serio para no implicarnos en graves problemas:

Efesios 4; 26-27Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.”

¿Qué significa esto? ¡Entre en pausa!

Si se enojan por algún motivo, no reaccionen violentamente, no hieran ni ofendan a nadie y no dejen pasar el día sin reconciliarse para que no le den oportunidad al diablo.

Salmo 37:8.Deja la ira y desecha el enojo; no te excites a hacer lo malo”.

Esto es: No discuta acalorado, no tome represalias…no agrande el problema.

 *El enojo es un fruto de la carne: Gál. 5:20

Gál.5:22-23Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”.

 

EL ENOJO HAY QUE SACARLO

No guardemos el enojo, este tiene una capacidad enorme de almacenarse dentro de nosotros, y convertirse en resentimiento y rencor, dando lugar al odio y a la venganza.

Enojo, dolor, resentimiento, rencor, odio y venganza.

Hay muchos corazones con montañas de rencor dañándose a sí mismos y dañando a los demás. Esto se da mucho en las parejas y las familias.

 

El enojo como cualquiera otra emoción, en sí, no es ni bueno ni malo.

Airaos, pero no pequéis…” La actitud que tomemos, o lo que hagamos cuando estemos enojados es lo que hace la diferencia.

Podemos mantener la serenidad mientras estemos enojados, o podemos perder el control y reaccionar de manera violenta y decir cosas, o cometer actos de los que nos tendremos que arrepentir cuando ya sea demasiado tarde.

Prv.15:1, “La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor.”

Anécdota: (Un hombre le mentó la madre a otro: y este lo mató).

El enojo es como el fuego. Tiene un gran poder destructor.

El enojo es una fuerza que debemos controlar si no queremos que ella nos domine y nos destruya. Es como un río caudaloso cuando se desborda, se lleva todo a su paso.

En la biblia encontramos varios casos de enojo incontrolado que los llevó al rencor y a la venganza con terribles consecuencias. Vamos a citar tres de ellos:

 

*Caín, Gn.4:3-8: Caín se llenó de enojo contra su hermano Abel, al saber que su ofrenda no fue aceptada por Dios y la de su hermano sí. V. 5, “…pero no miró (Dios) con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.”

Vemos que Caín guardó el enojo en su corazón hasta que se le convirtió en rencor.

Decayó su semblante, se volvió amargado y resentido contra su hermano Abel, y en su corazón sólo estaba ese pensamiento que alimentaba su deseo de venganza, que lo llevó a maquinar la muerte de su hermano.

Se ensañó, no pensaba en otra cosa sino en la venganza y la IRA lo cegó.

 *Esaú, Gn. 27:41-45Y aborreció Esaú a Jacob…y dijo en su corazón: yo mataré a mi hermano Jacob… Ahora pues, hijo mío, levántate y huye a casa de Labán mi hermano en Harán…hasta que el enojo de tu hermano se mitigue; hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti, y olvide lo que le has hecho;” (Leer la historia completa).

El rencor era tan fuerte, que Esaú sólo esperaba que su padre muriera para matar a su hermano y vengarse por haberle quitado la bendición de su primogenitura. Y no lo llevó a cabo por la intervención oportuna de su madre.

 *Absalón, el hijo de David, 2ª de Samuel cap. 13.

Esta es otra historia de dolor y muerte, fruto de la ira y el deseo de venganza alimentada. Entendemos que lo que hizo Amnón, violar a su propia hermana, es totalmente condenable y repudiable; pero Absalón albergó tanto enojo e ira en su corazón, que terminó tomando la justicia en sus manos para vengar la deshonra de su hermana Tamar, agravando así más las cosas.

Leemos en el verso 22: “…Mas Absalón no habló con Amnón ni malo ni bueno; aunque Absalón aborrecía a Amnón, porque había forzado a Tamar su hermana.”

Absalón no habló del problema con Amnón, no le reprochó ni lo amenazó, se guardó todo su enojo en el corazón. Se envenenó con tanto rencor, hasta llevarlo a maquinar y a planear fríamente la forma de venganza contra su hermano Amnón.

Tristemente, estos tres casos de enojo incontrolado, de ira y venganza alimentada, se dan justamente en el seno de la familia; no eran particulares, no eran enemigos antes.

 

*Tres familias destruidas y divididas a causa del enojo irracional.

El enojo les hizo perder la cordura y la razón y no les permitió ver las futuras consecuencias personales, familiares y sociales.

 

*David, el padre de Absalón, no sólo tuvo que pasar por el dolor de su hija violada, sino también por el dolor de un hijo muerto y otro convertido en asesino y fugitivo.

 

Prov.14;17 dice: “El que fácilmente se enoja hará locuras;”

Generalmente, cuando una persona se deja llevar por el enojo y comete una locura, inmediatamente reacciona, pero ya es muy tarde. Ya no se puede deshacer lo hecho.

Snt.1:19:20, “Todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar…”

 

¿Qué hace usted cuando se enoja?

¿Deja que el enojo lo controle o controla usted su enojo? (No ha nacido de nuevo)

El enojo, o la ira, es una emoción muy fuerte y explosiva que destruye la vida de las personas, la familia y la sociedad.    

*Médicos, psiquiatras y psicólogos, aceptan hoy que muchas de las enfermedades emocionales y físicas que padece la gente, tienen su origen en el enojo y el rencor.

*El enojo permanente vuelve a las personas irritables y amargadas, y en muchas ocasiones esto es causa de enfermedades como: diabetes, hipertensión, infartos, artritis, colitis, úlcera gástrica y problemas de piel.

*Durante el enojo hay fuertes descargas de hormonas en el torrente sanguíneo que producen trastornos en la salud.

Por tanto, la explosión del enojo destruye la felicidad, destruye los hogares, las amistades y las buenas relaciones con nuestros semejantes. Y la iglesia no está excluida de conflictos y divisiones a causa del enojo.

*Nos dice Efesios 4:31-32; “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”

*Nacer de nuevo en Cristo Jesús, es tener la naturaleza de Jesús que fluye de adentro hacia afuera. Y el control del enojo es parte de esa nueva naturaleza en Cristo.

 

Algunos aspectos importantes que debemos tomar en cuenta para controlar el enojo:

1-Reconocerlo como pecado:

Cualquier enojo no justificado, y que nos lleve a alimentar rencor, es un serio pecado que nos expone al juicio de Dios.

El enojo, no sólo daña nuestra relación con los demás, sino con Dios mismo, por cuanto nos puede arrastrar al resentimiento, al odio, a la venganza y hasta al asesinato.

Hay personas vengativas que dicen: “yo guardo el pan para cuando haya leche”. O, “el sabor de la venganza es dulce” “el desquite”.

 

Un viejo corito dice: “¿Cómo puedo yo orar, enojado con mi hermano?

Dios no escucha la oración, Si no me he reconciliado.”

Ciertamente, es difícil orar con el corazón lleno de resentimiento.

2-Perdonar: la biblia nos manda perdonar inmediatamente a quien nos haya ofendido.

“Padre perdónalos porque no saben lo que hacen.”

Nosotros no tenemos ninguna justificación para no perdonar a nuestros ofensores.

3-El Espíritu Santo es nuestro ayudador y santificador; él nos ayuda. ¡Pero soy yo quien decide no ser esclavo del pecado del enojo, la ira y el rencor!                   

 Y nos quedamos con este consejo bíblico de Eclesiastés 7:9,

No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.”      

 

                                          

Orfilia Miranda Londoño

 

domingo, 14 de marzo de 2021

PONGA LA MIRADA EN LOS CIELOS

Gén. 12:1-3

Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.

-Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.

-Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.”

 -Orar es hablar con Dios; y hablar con Dios, es escucharle también. Dios a veces nos pide cosas que hagamos, y debemos escucharlo muy atentamente, para entender lo que el pide que hagamos.

-En este relato sobre el llamado de Abram, vemos una obediencia incompleta.

v.1: “Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.”

-Disponernos a obedecer un mandato de Dios, esto implica muchas veces tener que desacomodarnos de donde estamos para hacer lo que Dios nos pide que hagamos, y cómo lo hacemos, para no perder la bendición de Dios o retardarla.

-Recordemos que la obediencia debe ser precisa si queremos ser bendecidos y que otros lo sean a través de nosotros.

 -Cuando Dios le dice a Abran que deje la casa de su padre, y su parentela, y vaya a la tierra que le va a mostrar, él desobedece a Dios en ambas cosas, pues llevó consigo a su padre, a Lot y se quedó en Harán.

-En ocasiones, Dios nos pide que abandonemos o separemos de nosotros todo lo que impide o estorba para recibir la gracia y la bendición de Dios:

-Andar con Lot se había convertido en un problema para Abraham; los criados de Lot peleaban con los de Abraham por el agua y el territorio y vivían en contienda.

A pesar de que era su pariente, Abraham tuvo que hablar con su sobrino Lot y pedirle que se separara de él, ya no podrían seguir viviendo juntos en el mismo lugar.

-Cuando Dios le pidió a Abran que dejara su parentela le dijo:

Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré”. Pero él no hizo exactamente como Dios le dijo y esto le complicó las cosas.

Muchas veces es necesario abandonar un lugar, personas, cosas y comodidades, para poder cumplir la voluntad de Dios y recibir bendición.

Así que debemos separarnos de todo aquello que nos causa problemas y nos quita la paz interior, haciéndonos desenfocar de lo verdaderamente importante, que es la relación con el Señor. 

Cuando Abraham se separa de Lot, y vuelve a Canaán, Dios le vuelve a hablar a Abraham:

*Gn. 13:14-16 “Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él:

Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y al sur, y al oriente y al occidente.

-Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.

-Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que, si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada.”

-Esta promesa de Dios es incomprensible para Abraham, Dios le está hablando de multitudes cuando no tiene la posibilidad de tener hijos. Pero Abraham en fe sigue escuchando a Dios y obedeciendo en todo lo que él manda.

-Gn.13:17 Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré.

 Gén 13:18 Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová.

Abram vuelve a remover su tienda para trasladarse a otro lugar en obediencia; pero le costaba creer lo de la descendencia numerosa: había una piedra muy grande en su mente que le estorbaba creer: La ESTERILIDAD DE Sara.

Pues, mientras tanto, el tiempo pasaba y su esposa se hacía cada vez más vieja para tener hijos.

 Gn.15:2 Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer?

Gn.15:3 Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa.

Abraham seguía razonando en lo natural, tenía la mirada en las cosas temporales y terrenales y en sus divagaciones solo miraba hacia el suelo; entonces Dios lo saca de la tienda para que mire hacia el firmamento:

Gn.15:5 “Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.”

Es cuando Abraham mira hacia arriba, hacia los cielos, y ve que, lo que Dios tiene para él es infinitamente grande y eterno; entonces entendió y todos los obstáculos de esterilidad de su mente, fueron vencidos y creyó.

Gn.15:6 “Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia”.

Vino a ser el padre de la fe.

-Cuántas veces Dios nos habla y no entendemos; es necesario entonces salir de nuestra tienda de la comodidad, de la ceguera espiritual y de las limitaciones de nuestro entendimiento y razonamiento, y mirar hacia los cielos, hacia la eternidad, para entender el propósito que Dios tiene para nuestra vida.

-Esto puede muchas veces implicar movernos de un lugar a otro, hasta de país, dejar amigos de toda la vida para movernos en obediencia o cambiar de trabajo.

 -Muchas veces las circunstancias nos han llevado a tomar decisiones drásticas que han afectado nuestra vida y no hemos entendido porqué, pero pasado un tiempo el Señor nos ha permitido comprenderlo.

*Pidamos al Señor una fe firme con la que podamos derribar todo argumento mental que nos impida hacer su voluntad, crecer y caminar en santidad.

-Que nos dé una confianza absoluta en él para tener siempre la mirada en las cosas celestiales y no en las terrenales.

-Que cuando estemos afligidos, en incertidumbre, pongamos la mirada en los cielos, no sigamos mirando las circunstancias, sino a aquel que dijo:

No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.” Gn.15:1   Amén

 

Orfilia Miranda Londoño

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