miércoles, 28 de noviembre de 2012

CUANDO DIOS DICE ¡NO!



Texto bíblico: Deut. 5:6-21:
Cuando Dios dice “NO,” no hay espacios para términos medios. NO, es no, y punto. Pasar por alto un NO de Dios, trae consecuencias terribles para el mundo, para nuestra vida, para la familia y los que nos rodean.

El primer NO de Dios dado al hombre fue en el Edén:
“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal NO comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” Gén.2:16-17.
Este NO, era un NO decisivo para toda la creación.
El primer hombre y la primera mujer, en búsqueda de conocimiento y sabiduría fuera de Dios, pasaron por alto este No comerás y fueron arrastrados por el engaño del enemigo; y la desobediencia a ese NO de Dios, se convirtió en el NO más caro para toda la raza humana y sus consecuencias alcanzaron a la creación entera.
El desacato a esa ordenanza, a ese NO de Dios, separó al hombre de su creador, perdiendo la relación personal y directa con El, y le acarreó una maldición que le marcó su destino eterno quedando expuesto a toda clase de sufrimientos y a la muerte física y espiritual.

Cuando Jehová Dios dice NO, es ¡NO! Y no hay lugar ni espacio para otra cosa, puesto que El es Dios soberano y todo lo que demanda del hombre es para beneficio del hombre mismo.
Cuando el hombre le dice no a Dios y desobedece un NO de Dios, una ordenanza suya, atrae sobre sí, sobre su familia y la sociedad, maldición y grandes dificultades muchas veces irreparables.

Ante esta dura y difícil situación del hombre después de la caída, Dios no le abandona y le da  leyes y mandatos para que se ordene y le sea más fácil la existencia en medio de las consecuencias que le trajo el pecado.
Dichas leyes están constituidas siempre por mandatos y prohibiciones que al igual, el hombre sigue reusando obedecerlas.
Deut. 6:24 “Y nos mandó Jehová que cumplamos todos estos estatutos, y que temamos a Jehová nuestro Dios,  para que nos vaya bien todos los días,  y para que nos conserve la vida, como hasta hoy.
Deut. 6:25 “Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado.”

En varios textos bíblicos vemos de manifiesto el NO de Dios, pero de manera especial en Deuteronomio5.
Primero, Dios muestra su amor compasivo y misericordioso por su pueblo, sacándolos de la esclavitud y les da ordenanzas precisas y claras, la mayoría precedidas de un NO rotundo: Deuteronomio 5:7-21.
v7: No tendrás dioses ajenos delante de mí. 
v8: No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas… 
v9: No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen” Aquí hay una severa advertencia sobre las consecuencias que trae el pecado de idolatría.
v.10: y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. Así como el pecado de desobediencia trae malas consecuencias, la obediencia a la Palabra trae bendición y misericordia.
v.11: No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque Jehová no dará por inocente al que tome su nombre en vano. Porque el nombre de Jehová es santo.
v.13: Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;
v.14: mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo,  ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú.
v.17: No matarás.
v.18: No cometerás adulterio.
v.19: No hurtarás.
v.20: No dirás falso testimonio contra tu prójimo.
v.21: No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
Estos mandatos siguen vigentes hoy todavía, incluso, las leyes humanas están inspiradas en algunos de estos mandamientos.

En estos mandatos ese NO de Dios es imperativo y rotundo, pero a pesar de ello, y no obstante las consecuencias de la primera desobediencia, el hombre en general y aún creyentes, hoy seguimos desobedeciendo los mandatos de Dios. Seguimos poniendo otras cosas en primer lugar antes que a Dios.
No tenemos imágenes de yeso, madera o de bronce, pero tenemos otras imágenes como la televisión y el internet a los que les dedicamos la mayor parte del tiempo después del trabajo, incluso dejando de lado la oración y el estudio de la biblia o el compartir con nuestra familia.
Cuando Dios nos dice No matarás, es no matar; cuando Dios dice No adulterarás, es No adulterar; cuando Dios dice No robar, es no robar ni mucho ni poco; cuando Dios dice No mentirás, es no mentir; no existen mentiras piadosas, pequeñas o blancas. No codiciar, es no codiciar; no codiciar es no envidiar o desear, ni la mujer, ni los bienes ajenos; tener envidia del bien ajeno es sentir rabia contra alguien porque tiene mejores cosas o vive mejor que nosotros.
*Pidamos al Señor de todo corazón que nos redarguya de pecado y nos ayude a revisar nuestra obediencia a su palabra.
*¡Cuántas veces hemos pasado por alto un NO de Dios!
*Examinemos si las situaciones difíciles, las pruebas que estamos pasando, son tal vez la consecuencia de una desobediencia sin tener en cuenta la advertencia del Señor, de un NO de nuestro Dios.
*Finalmente, pidamos perdón a Dios de todo corazón que él es bueno y misericordioso para perdonarnos: 1Juan1:9. Dios les bendiga.
                                             Orfília Miranda L.






















sábado, 17 de noviembre de 2012

Brevedad de la vida del hombre



Brevedad de la vida del hombre

Texto: 1 de Pedro 1:24-25
Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.” 

El Apóstol Pedro nos recuerda una realidad que con frecuencia olvidamos: el carácter transitorio del hombre. Isaías 40:6-8 también nos lo recuerda, coincidiendo estos dos con Stg.1:10-11.
Sin embargo, muchas veces no queremos reconocer que somos temporales. Que hoy estamos, mañana ya no. Que solo nos queda el haber creído la Palabra de Dios, que sí es eterna y permanece como él mismo es eterno y permanece para siempre. Solo en Dios podemos tener vida eterna porque todo lo temporal es perecedero.
Pero la realidad es que vivimos como si nunca nos fuéramos a ir de aquí. Hacemos planes y proyectos sin tener en cuenta los planes de Dios y el propósito que él tiene para nosotros. Hacemos planes con nuestra vida, el tiempo, el trabajo, el dinero y con nuestros hijos; y cuando en el proyecto de Dios, o en lo natural, estos planes se alteran, vienen las contrariedades, las desilusiones y las frustraciones. Muchos hasta se enojan con Dios y le reclaman porqué esto y porqué aquello.

Dentro del mundo de los creyentes, esta realidad no es muy diferente a la de los impíos. Le decimos a Dios que le entregamos nuestra vida y que queremos hacer su voluntad, pero primero le decimos cual es la nuestra y qué es lo que queremos que él haga por nosotros y hasta le decimos cómo hacerlo.
Estamos pensando más en lo terrenal que en lo celestial y llenos de ambiciones, a veces no muy sanas.

La teología o “evangelio de la prosperidad” tiene perdidos a sus seguidores haciéndoles creer que pueden tener todo lo que quieren cuando lo quieren; y de hecho, muchos se han empeñado en adquirir riquezas, no importa cómo, porque según ellos, las riquezas son un buen signo de “bendición” y enseñan que podemos diseñar la vida que queramos, visualizarla y luego arrebatarla.
Además de que este no es el evangelio del Señor, olvidan que todo eso también es perecedero al igual que el hombre, que como la hierba, se marchita y muere y que así mismo son todas las cosas en las que él se gloría y pone su confianza: el dinero, la honra, el prestigio, la fama y el éxito; ahora, si tenemos riquezas, agradezcamos y glorifiquemos a Dios por ellas pero sin olvidar que Todo hombre es como hierba y la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca y la flor se cae. Esto es lo que nos dice la palabra de Dios, que sí permanece para siempre, es eterna y es la palabra que hemos recibido y nos ha sido enseñada y anunciada por el Señor Jesucristo, que no tuvo a donde reclinar su cabeza.

Si tuviéramos siempre presente que somos tan efímeros como la hierba y que solo estamos de paso por la tierra, no nos afanaríamos tanto por hacer riquezas y amontonar dinero, quién sabe para quién y para hacer qué.
Cuando mueres todo se queda aquí: los que amas, el dinero, la fama, los trofeos, las propiedades, los títulos y los pergaminos. Nada te puedes llevar.
¿No es acaso brega la vida del hombre sobre la tierra, y sus días como los días del jornalero? Job 7:1.
El Salmo 90:10, dice que el hombre difícilmente llega a los ochenta años de vida si es de buena salud, y aún así, es molestia y trabajo, e igual, esos años pronto pasan y tienes que irte. “Porque nosotros, extranjeros y advenedizos somos delante de ti, como todos nuestros padres; y nuestros días sobre la tierra, cual sombra que no dura.” 1 Cr.29:15. Delante de Dios somos exactamente eso: una sombra que pasa y se desvanece.

El Señor en su amor y bondad, nos plantea que vivamos sencillamente dejando todas nuestras angustias, cargas y preocupaciones sobre él; que confiemos en él plenamente que él tiene cuidado de nosotros, Mat. 11:18.
El es compasivo y misericordioso, “Porque él conoce nuestra condición; Se acuerda de que somos polvo.” Salmo 103-14.
Todo en esta vida cambia y pasa pronto, pero la palabra de Dios no pasa ni cambia y podemos confiar en las promesas de Dios que hay en ella para nosotros porque ella es palabra eterna.
No olvidemos nunca que Toda carne es como hierba, que se muere y deja de SER y así mismo todo lo que hace por importante que esto sea, y todo aquello que fue motivo de su gloria también desaparece. Que lo único que nos sirve para la eternidad es haber vivido una vida de santidad buscando la perfección siempre. Que todo lo que hagamos, lo hagamos como para el Señor, no para los hombres; que amemos a Dios y a nuestros hermanos teniendo siempre presente que somos peregrinos en la tierra que vamos hacia la eternidad.
 Dios les bendiga.

Orfilia Miranda L.        

Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.”    Isaías 40:8




lunes, 5 de noviembre de 2012

JESUCRISTO ES EL ÚNICO MEDIADOR


“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”
1 Timoteo 2:5
Es un placer poder dirigirme a ustedes en esta oportunidad, para hablarles del Señor Jesucristo…el Hijo de Dios, el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Aquel de quien dijo el profeta: ¡Y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre Eterno, Príncipe de paz! (Isaías 9:6)…El Mesías Príncipe, Quien Es, Quien Era y quien ha de venir…Aquel que fue anunciado por los ángeles del cielo, Aquel, de quien Juan el Bautista dijo cuando le vio bajar al Jordán: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” Juan 1:29.
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” 1Tim.2:5.

Una vez, un hombre llamado Nicodemo, vino a Jesús de noche, a oscuras y le dijo: “Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.” Jn. 3:2. Nicodemo reconoció que Jesús había venido de Dios.
El Nuevo Testamento también nos cuenta en Mat 7:29, que “la gente se admiraba de su doctrina porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.”

Sin embargo, la biblia asegura que Él vino a lo suyo y, “los suyos no le recibieron; mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” Jn. 1:11-12.
Hoy usted tiene la oportunidad de escuchar de Jesucristo, y decidir si recibirlo o rechazarlo.

JESUCRISTO ES EL ÚNICO CAMINO.
Él mismo lo dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Jn.14:6.
JESUCRISTO ES EL ÚNICO CAMINO AL PADRE…EL ÚNICO CAMINO AL CIELO…EL ÚNICO CAMINO A LA SALVACIÓN Y A LA VIDA ETERNA… ¡ÉL ES EL ÚNICO CAMINO SEGURO!
Porque, “Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte.” Prov. 14:12.

Como veremos más adelante, tanto ayer como hoy, la sociedad a nuestro derredor, ha estado intentando sus propios caminos para llegar a Dios, pero no hay otro camino, no hay varios caminos.
No es que haya varias maneras de salvarse y que Jesús es una de ellas; es que ¡Jesús es el único camino seguro de parte de Dios! Y nos daremos cuenta de esto con toda seguridad, usando como base el versículo con el que iniciamos el mensaje de hoy.
1 Tim. 2:5, “Porque hay un sólo Dios, y un sólo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,”

Lo haremos mediante un análisis detallado de cada frase incluida en este texto; revisaremos cada término clave en particular, porque, este versículo responde a la pregunta más importante que la humanidad se haya hecho jamás: la cuestión sobre cómo se obtiene la salvación de nuestra alma…Como en el caso del carcelero de Filipos, en Hechos 16:30, este hombre preguntó: “…Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?”
La respuesta de Pablo y Silas no deja lugar a dudas…fue una respuesta clara y específica para una pregunta también clara y específica: v. 31, “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.”
Esta es una pregunta que quizás todos los que estamos aquí, nos hemos hecho en algún momento de nuestra vida…una pregunta que posiblemente, para alguien aquí, hoy día, aún continúa sin responder…La respuesta la repito: ¡Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo!

JESUCRISTO ES EL CAMINO SEGURO.
I PORQUE HAY UN SÓLO DIOS.
Esta es la primera afirmación de nuestro texto hoy, comienza con la palabra PORQUE…Siempre esta conjunción del idioma castellano obedece a la pregunta, ¿Por qué?

Usted pregunta: ¿Por qué me cortaron el servicio de energía? Le responden: porque usted no pagó su recibo.
Uno de sus hijos le pregunta: ¿Por qué tengo que estudiar tanto estas matemáticas? Y usted le contesta: Porque si usted no estudia, mi hijito, se va a sacar un cero en el examen, y si se saca un cero en el examen, se va a quedar en tercer grado, y si se queda en tercer grado, ¡¡le van a doler las sentaderas durante los tres meses de vacaciones!! (Creo que su hijo va a pensar que esa es una muy buena explicación, ¿verdad?).

Bien, eso es lo importante aquí, “porque” es una conjunción explicativa…En 1 de Timoteo, el apóstol Pablo estaba lidiando con el tema de la fe en Dios; ¿por qué oramos al Padre, por qué debemos pedirle a Dios por la salvación de nuestros familiares, la salvación de todos los hombres y mujeres, e incluso la salvación de figuras políticas, de autoridad en nuestro país y en el mundo entero…?
Hay dos partes de la respuesta en los versos 3 y 4, “Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.”

Mi amigo, Dios quiere que usted sea salvo…Sí, esa es la voluntad de Dios, que usted y yo seamos salvos.
En otra parte de la Escritura lo dice: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” 2 Pedro 3:9. ¿Se da cuenta? ¿Alguna vez se ha preguntado… de veras, Dios me querrá en el cielo a mí?... ¿Habrá alguna esperanza para mí?...Sí la hay, porque Dios quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la Verdad… Y nuestro versículo en estudio agudiza mejor la respuesta: “Porque hay un sólo Dios, y un sólo mediador entre Dios y los hombres; Jesucristo hombre.”
Esta es la explicación de la mano con la palabra “porque”… y sigue “hay” porque hay, porque existe, ¿Qué? “¡Un sólo Dios!”
Nuestras culturas ancestrales del planeta tierra han anidado creencias en diferentes dioses o deidades…El politeísmo fue muy popular entre los egipcios, los medos y persas, los griegos, incluso los romanos, según registros de la Biblia, y vemos que así fue con los Mayas, los Incas y los Aztecas; y no hay que ir muy lejos, los Bruncas, Bribris, Chorotegas y Huetares de Costa Rica. …Pero no hay muchos dioses, no hay varios dioses, ni siquiera tres o dos…Sólo hay ¡UN DIOS!
En el Antiguo Testamento dice: “¡Y a otro no daré mi gloria!” (Is. 42:8).
Y en el Nuevo Testamento dice: “¡Al único y Sabio Dios sea honor y gloria…!” (1 Tim. 1:17). 

1 Tim. 1:17  “Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.”

Sólo hay un Dios…por supuesto, JEHOVÁ DIOS, y en su soberanía, ha decidido revelarse a nosotros, a través de su Palabra, por medio del concepto que conocemos como LA TRINIDAD.
Creemos en Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo. Mateo 28:19; y 1 de Juan 5:7, “Tres son los que dan testimonio…y estos tres son UNO.”

Así que, sólo hay un Dios; y para que tú te salves, debes creer en ese Dios. Hebreos 1: 6. No a tu manera, sino de la forma en que Él se define a sí mismo… El no es Alá; El no es Vishnú o ninguna de las deidades de ninguna secta o religión… - Algunos dicen: “Es que todos creemos en el mismo Dios, lo que pasa es que cada uno le llamamos con diferente nombre-” ¡No! ¡Ninguno de esos dioses es realmente Dios! ¡Hay un solo Dios!

II “Y UN SÓLO MEDIADOR ENTRE DIOS Y LOS HOMBRES.”

MEDIADOR: Alguien que media entre dos partes; uno que sirve de puente entre un punto y el otro que le separa. Ese es un mediador.
¿Y por qué los hombres necesitamos un mediador? Porque sin Él estamos perdidos, somos pecadores. (Romanos 3:23) Destituidos de la gloria de Dios, (Romanos 6: 23)…bajo pena de muerte, y sólo un mediador nos puede salvar: Romanos 5:12; 5:8 y 5:1.
Por medio…Un sólo mediador… Y este es ¡JESUCRISTO! (Filipenses 2:5-11).

Esta es la razón por la que Jesucristo es nuestro único medidor: Porque Él es 100% Hombre y 100% Dios al mismo tiempo. El no está parcializado… El no está prejuiciado… El entiende perfectamente ambas partes.

LA PARTE DE DIOS: Que Dios ha sido traicionado; que a Dios se le ha dado la espalda; que pese a su pureza, santidad y perfección, los hombres han preferido las tinieblas, antes que Su luz admirable.

LA PARTE DE LOS HOMBRES: Que los hombres estamos bajo maldición a causa del pecado; que estamos limitados al tiempo y al espacio; que los hombres y mujeres somos débiles y que no podemos hacer nada en nuestras propias fuerzas para cambiar ese hecho… ¡La carta a los Hebreos 4: 5 lo expresa muy bien!

¡Sí,  JESÚS es el único Mediador!... No es María nuestra mediadora. Ella fue una santa mujer, pero simplemente humana… Ella no es una diosa, ni mucho menos la “madre de Dios.” Ella fue escogida por ser una mujer virtuosa, pero en sus propias palabras, ella misma necesitó ser salvada por su Único y suficiente Salvador: ¡El Señor Jesucristo! Lucas 1: 46-50.
María no es diosa: ¡Hay un sólo Dios!
María no es mediadora: ¡Hay un sólo mediador entre Dios y los hombres! ¡JESUCRISTO HOMBRE!  
Tampoco es el sacerdote católico, o el pastor pentecostal o el ministro bautista… todos estos somos hombres iguales que usted…igualmente pecadores y necesitados de nuestro Señor y Salvador.
¡No somos dioses! Como tampoco somos mediadores… solo Jesucristo es MEDIADOR:
“PORQUE HAY UN SOLO MEDIADOR ENTRE DIOS Y LOS HOMBRES; JESUCRISTO HOMBRE.”
 1 Timoteo 2:5.
Usted y yo necesitamos creer en ÉL, como nuestro único y suficiente Salvador y Señor, para ser salvos, perdonados y herederos de la vida eterna.
Concluimos, entonces, con que es necesario confesar y creer en Jesucristo para poder ser salvos, así lo dice la biblia en Romanos 10:9-10 y 13:
“Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”

Juan 3:36: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.”

1 Jn. 5:10  “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.”

 1 Jn. 5:11-13: “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.
El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”

Dios les bendiga.
Pastor de jóvenes Jose Gutiérrez, Templo Bíblico Bautista
Barva de Heredia, Costa Rica.  


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