miércoles, 4 de marzo de 2015

¡No se conformen a este siglo!

Rom. 12: 1-2 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. -No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

Estamos en tiempos muy difíciles y peligrosos para la vida de la fe.
Con tantas denominaciones con doctrinas diferentes y extrañas, nunca antes se había visto a la gente tan confundida y sin saber al fin en qué creer ni cómo conducirse; muchos están tan desconcertados oyendo cada cosa, que más bien han optado por apartarse y no querer saber nada de iglesias ni religión alguna.

Es necesario y urgente  para la iglesia del Señor, para ese remanente que permanece fiel, centrarse en el evangelio de Cristo, sin matices de otras ideologías y/o con fines financieros, y presentar la VERDAD absoluta de Dios a los creyentes para que estos puedan tener un crecimiento sano en la fe, sabiendo distinguir lo falso de lo verdadero.

Un evangelio liviano y distorsionado, produce igualmente cristianos livianos con fe distorsionada, sin discernimiento, que viven más conforme al “mundo,” que a la perfecta voluntad de Dios.
No podemos ser cristianos sólo de pensamiento o de ideas; somos un todo, cuerpo alma y espíritu, y como tal, nos debemos a Dios, y debemos rendirle culto razonable, y conscientes de quién es ÉL y quienes somos nosotros.
No podemos pretender alabarle y honrarle con nuestros labios solamente y estar haciendo otra cosa con nuestro cuerpo.
No se puede pretender ser cristiano y mundano al mismo tiempo; nuestros cuerpos, así como todo nuestro ser, deben ser presentados a Dios en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.
El mundo nos ofrece a diario demasiadas cosas atractivas, agradables a nuestros ojos y codiciables, pero no podemos caer en el engaño.

Por estos días nada más, la noticia de actualidad y la conversación obligada es sobre la película Cincuenta Sombras de Grey.
Muchos cristianos ya la vieron y otros que hacen fila, preguntan si es pecado verla.
Esto es no tener discernimiento para darnos cuenta, qué es bueno y que es malo. Suficiente con que ya la vieron siquiatras y psicólogos, y sin ser creyentes, en el análisis, todos coinciden en que no es sana, no la recomiendan.
No creo que el Espíritu Santo aconseje ver esa película y muchas otras, que sólo promueven  desenfreno y perversión sexual, violencia en todas las formas, asaltos, adulterios y destrucción de la familia como institución de Dios.
Muchos sociólogos sin ser creyentes, han coincidido en que la mejor escuela de delincuencia es el cine. Y por supuesto, que hay películas muy buenas para ver en familia, que además de entretener un rato, llevan a la reflexión y estimulan los valores y educan, así como también las hay cristianas.

No se trata de no ver ninguna película, es saber qué es lo que vemos y qué mensaje nos deja. Igualmente pasa con la T.V., que el 90% es basura para la mente. Y la Palabra de Dios dice que el creyente sólo es transformado por medio de la renovación de su entendimiento.
“…transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento…” Como creyentes, tenemos que guardar nuestra mente y dejar de alimentarla con basura; aliméntela con la Palabra. Si se renueva la mente, los pensamientos cambian, y cambian también las actuaciones de la persona.

ENTENDIMIENTO en la biblia se define como:
Ciencia, Conocimiento, Inteligencia, Mente, Prudencia, Sabiduría.
Y el principio de la sabiduría es el temor de Dios: Sal. 111:10.
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos;…”
Y dice el Señor: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos. No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,…” Sal. 32:8

Todo lo mundano que embote nuestros sentidos y nos haga perder la línea que separa lo bueno de lo malo, ya hay que desecharlo. De no hacerlo, es un creyente sin madurez que no ha ejercitado los sentidos en el discernimiento del bien y el mal. Heb. 5:13-14.
En el libro de Lev. 10:8-10, Jehová Dios le dice a Aarón y a sus hijos que no beban vino ni sidra para que se mantengan sobrios “para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio,…”
Los halagos del mundo son como el vino, le embotan los sentidos para que no entienda ni vea con claridad, por eso hay que estar alerta con la recomendación de Pedro: 1ª Pedro 1:13-16 “Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; 14como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 15sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.”
Entendemos pues, que algunas de las cosas que muchos creyentes hacen todavía, es por ignorancia.
Juan nos hace claridad en esto cuando dice:
Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.
Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.” 1ª Juan 5: 19-20.  
Cristo nos salvó y nos regeneró “por la renovación en el Espíritu Santo,” Tito 3:5; así que debemos vivir como personas regeneradas y salvadas y no como impíos todavía, gustando y practicando las obras del mundo. Nada tiene que ver la luz con las tinieblas.

Esta es la VIDA NUEVA en Cristo por el Espíritu Santo:

Col. 3:5-17: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos;…en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas…, habiéndoos despojado del viejo hombre…, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,…Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados…La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros,…. Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor.”

Es imperioso que la iglesia no deje de insistir sobre la necesidad que tiene el creyente de apartarse del mundo y sus obras de maldad. Es un requerimiento bíblico y el testimonio de que hemos sido regenerados por Cristo, para Cristo. Apartarse no es esconderse, por el contrario, hay que alumbrar con la luz de Cristo.

Vístase con modestia y dignidad, hable como hijo, o hija de Dios, recordando siempre que somos embajadores del cielo; no perfore ni afee su cuerpo con pirsin o tatuajes; si ya tiene tatuajes, no se haga más; si tiene pirsin, quíteselos y no se haga ya más agujeros. No se ponga ni use todo lo que le ofrecen sólo porque está de moda, hay modas que nada tienen que ver con los y las creyentes.
Recuerde siempre que usted es la imagen de Dios, el templo vivo del Espíritu Santo.


Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. -No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Rom.12:1-2.

Hasta pronto, Dios les siga bendiciendo.

Orfilia Miranda Londoño.

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