viernes, 10 de enero de 2014

Por qué fracasan los matrimonios



Dice la palabra de Dios: “El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová”. Proverbios 18:22.
Hallar una buena esposa es hallar el bien, es ser afortunado como dirían algunos. Una mujer buena, es buena compañera, es ayuda idónea o adecuada en el momento oportuno, es buena consejera en momentos de tomar decisiones. Está dispuesta sin egoísmo, a apoyar y ayudar a su esposo en todo.

¿Cómo alcanza benevolencia de Jehová?
El varón que vive ordenadamente en amor y fidelidad con su esposa, es un hombre que agrada a Dios. Es un hombre que vive dentro del propósito divino en obediencia y esto hace que Dios tenga buena voluntad, (benevolencia) hacia él. Hay promesas de bendición hacia él y sus oraciones no tienen estorbo.
Por el contrario, la siguiente anécdota nos ilustra una situación muy dolorosa y muy común en nuestro tiempo y que no agrada en absoluto a Dios:
Un día, mientras dos policías hacían su ronda, vieron a una mujer que caminaba por la calle con mucha dificultad. Apenas podía sostenerse en pie…al acercarse a ella, vieron que había sido brutalmente golpeada. Al verla en esa situación, los policías se ofrecieron a ayudarla; uno de ellos le dijo: señora, ¿quiere que la llevemos a su casa? La mujer muy angustiada y asustada les dijo: “¡No por favor, de allá vengo!”... ¡Qué triste…!

Si el hallar esposa es hallar el bien, ¿por qué entonces fracasan los matrimonios?
Veamos sólo dos razones, de las muchas que hay, por las que se separan las parejas, y Malaquías 2:14, nos da la respuesta concreta a la pregunta:
Infidelidad y falta de Compromiso.

1-La infidelidad: Cuando la confianza ha sido traicionada.
Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.” Mal. 2:14.
Este versículo hace una acusación categórica, "contra la deslealtad, y la infidelidad".
Y todavía preguntan ¿por qué? Pues él Señor actúa como testigo entre ti y la esposa de tu juventud, a la que traicionaste, aunque es tu compañera, la esposa de tu pacto.
También lo podríamos decir así: ¿Por qué nos ha abandonado Dios? Les diré por qué: porque Jehová ha visto sus traiciones al divorciarse de sus esposas que han sido fieles a ustedes durante años, la compañera que prometieron amar, cuidar y respetar.
Lo que más destruye los matrimonios es la infidelidad. El no cumplir el voto de ser fieles a la persona con la cual nos unimos por amor delante de Dios. Dios aborrece profundamente el repudio, el divorcio. Y la infidelidad muchas veces ni siquiera se da por parte de la mujer repudiada, sino por el mismo varón que es quien toma la decisión de abandonar a su esposa y a sus hijos para irse a vivir con otra más joven.
Mal 2:16 “Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.”
Lamentablemente, el repudio y el divorcio abundan hoy en nuestras congregaciones. Encontramos desde ministros, pastores y altos líderes que van hasta por el tercer divorcio. Pero no los juzguemos nosotros.

2-La falta de compromiso: V. 14, "con la mujer de tu pacto, tu compañera, la que tú escogiste." ¿Recuerdan sus votos matrimoniales? Permítanme recordarlos: “Yo: (…) Te recibo como mi esposa(o) y me comprometo ante Dios, a amarte, respetarte, honrarte y cuidarte, en tiempo de abundancia o en tiempo de pobreza, en salud y en enfermedad. Y a brindarte solamente a ti mis afectos íntimos. Lo haré con gozo y alegría, Hasta que la muerte nos separe”.
Dios les ha dado una esposa es para amarla, cuidarla y respetarla, así como Jesucristo amó a su iglesia hasta dar su vida por ella. Ef.5:25. Para tratarla bien, no para golpearla ni insultarla, pero muchos han olvidado eso.
Muchos matrimonios han olvidado el compromiso que hicieron delante de Dios en el altar; han violado el pacto de respetarse, honrarse, amarse y cuidarse hasta la muerte; lo han entendido mal: entendieron que debían insultarse, irrespetarse, deshonrarse, odiarse y golpearse hasta la muerte.

¿Cómo entonces, tener un matrimonio feliz?
Poniendo el fundamento correcto: Dios. Dios es el fundador del matrimonio y la familia; tratar de formar una familia al margen de Dios es ir al desastre con ella porque no tiene fundamento sólido. Salmo 127:1; Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican”.

Permitan que Dios sea el centro del hogar. Prov. 2:6 Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.” En el matrimonio hay que actuar con sabiduría y con inteligencia. Así que cualquiera que quiera formar o construir un hogar estable, tiene que edificar sobre la Roca firme para evitar el derrumbe más adelante:
Mat 7:24-27 “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
-Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
-Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
-y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.”
Un matrimonio no se puede fundar sobre la base de un cuerpo escultural, la belleza, el dinero, la fama o la pasión solamente; todo esto es efímero, es cambiante y es como arena y si el matrimonio no tiene otras bases más firmes, se derrumba como la casa del insensato.
Siga las instrucciones divinas de la Palabra de Dios: 2 Ti. 3:16.Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,…” La palabra de Dios es la mejor consejera para el matrimonio. Si usted varón y varona, vive conforme al corazón de Dios, conquista la benevolencia de Dios, y siempre tendrá un hogar bendecido, un hogar construido sobre la Roca firme que es Cristo, que puede soportar cualquier prueba o dificultad sin derrumbarse.

Podríamos citar una tercera causa de por qué fracasan los matrimonios:
Los matrimonios también fracasan por falta de oración.
Independientemente de la oración que se haga en familia, individual y la que se hace en la iglesia, los esposos deben orar juntos, por sus necesidades como esposos. Pidan a Dios cada día, ser la ayuda idónea para su pareja.

Los esposos deben alagarse, motivarse y animarse mutuamente:
Diga a su cónyuge cuánto le ama, y agradezca a Dios por su pareja y dele las gracias a su cónyuge por haberse casado con usted.
Escríbale una carta expresándole su amor, llévele una flor a su esposa, en fin…hay tantas formas de expresar amor.
Demuéstrele su amor usando palabras de afirmación y de alabanza, no de crítica. La crítica malsana destruye, no edifica; Pr. 12:18 dice:Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada, Más la lengua de los sabios es medicina”. No le grite, no le hiera sus sentimientos. Dice Pr.12:25La congoja en el corazón del hombre lo abate; más la buena palabra lo alegra”.
Elogie a su cónyuge, haga una lista de sus cualidades y resáltelas. No creo que sea tan malo; algo bueno debe tener, y si no, ¿por qué se casó con él o ella?
Una mujer inteligente dijo: “Yo le digo a Dios sus defectos, y a mi esposo sus cualidades.” Oren mucho a Dios por su pareja y bendígale siempre.
Sean respetuosos y amables en la forma de tratarse. Usen palabras que edifiquen y animen, como por ejemplo: ¡Gracias por la comida, estuvo deliciosa! ¡Gracias por ayudarme con los niños!
No use la ironía con su pareja cuando haga algo que no acostumbra hacer.
Tengan mucho cuidado con la forma y el tono como se dicen las cosas. Sin herirse, sin ofenderse. No se dejen dominar por el enojo. Ef. 4:26  Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,..” además de cuidar sus reacciones de violencia cuando están enojados, nunca se acuesten sin haber dialogado y haber resuelto sus diferencias del día; no amontonen disgustos para que no caigan en el resentimiento que ya es más difícil de sanar y perdonar.
Que su esposa, su esposo, sea la persona más importante para usted en su vida, dele el primer lugar antes que a sus amigos o amigas.

Terminamos este mensaje resumiéndolo en dos palabras: FIDELIDAD Y RESPETO.
Fidelidad y respeto ante todo: la infidelidad es una falta de respeto muy grave contra la otra persona; es una traición a la confianza, quebrantamiento del pacto matrimonial y desobediencia a Dios que no se quedará sin consecuencias.  He. 13:4Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.
Amados lectores: si ustedes tienen un bonito matrimonio, les felicito y les insto a seguir orando y trabajando juntos para seguir creciendo; pero si el caso es que están pasando por alguna crisis de pareja, vayan a los pies del Señor, vuélvanse a él, pídanle perdón, perdónense mutuamente y el Señor restaurará su matrimonio; no todo está perdido, dense otra oportunidad, vale la pena intentarlo y se la merecen. Dios les bendiga.
                                                            
                                                      Orfilia Miranda L.

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