sábado, 25 de noviembre de 2017

CUANDO SE PIDE EN EL NOMBRE DE JESÚS

“Si algo pidiereis en mi Nombre, yo lo haré” Jn. 14:14

¡Qué promesa tan amplia! ¡Algo!
Ya sean grandes o pequeñas, todas mis necesidades están cubiertas por esa palabra “Algo”.
Ven, alma mía, con libertad delante del propiciatorio, y oye a tu Señor cuando dice: “Abre tu boca, y yo la llenaré”.

¡Qué promesa tan sabia! Siempre hemos de pedir en el nombre de Jesús. A la vez que esto nos alienta, también lo honra a Él. Este es un argumento constante.

Ocasionalmente cualquier otro argumento es oscurecido, especialmente aquellos que podríamos sacar de nuestra propia relación con Dios, o nuestra experiencia de su gracia; pero en momentos así, el nombre de Jesús es tan poderoso en el trono como siempre, y podemos argumentarlo con plena seguridad.
¡Qué oración tan instructiva! No podría pedir nada a lo que Cristo no pudiera poner su mano y su sello. No me atrevería a usar el nombre de mi Señor para una petición egoísta o caprichosa. Solo puedo usar el nombre de mi señor para oraciones que el mismo diría si estuviese en mi caso.
Es un gran privilegio que seamos autorizados a pedir en el nombre de Jesús como si el propio Jesús lo pidiera; pero nuestro amor a él no nos permitiría nunca interponer ese nombre donde él no lo pondría.

¿Estoy pidiendo lo que Jesús aprueba? ¿Me atrevería a poner su sello en mi oración?
Entonces ya tengo lo que busco del Padre.

De la Chequera del Banco de la Fe

Pastor Charles Spurgeon

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