A
lo largo de nuestra vida todos hemos recibido buenas noticias que nos alegran, y
hasta nos ha cambiado la vida. Pero hay una “buena noticia” que supera a todas
las demás noticias por muy buenas que sean:
LA
BUENA NOTICIA DE LA SALVACIÓN.
Desde el Génesis
ya se hace mención de esa salvación, pero de manera muy somera, muy ligera, no
muy entendible en ese momento tan oscuro para la humanidad.
Gén. 3:14-15. “Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por
cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los
animales del campo;…. Y pondré
enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te
herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”
Vemos que la
maldición de Dios a la serpiente antigua allá en el Edén, encierra mucho más: implica
sentencia de destrucción para ella y anuncio de salvación para el hombre caído.
Preste atención
al verso 15: “Y pondré enemistad entre ti
y la mujer, y entre tu simiente y la
simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”
Sí. Enemistad entre la simiente de la mujer y la simiente de Satanás.
Aquí
ya se deja entrever, que a través de la mujer vendría la salvación, CRISTO. Y,
“tu simiente,” son los hijos de Satanás el diablo; Jn. 8:44 “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y
los deseos de vuestro padre queréis hacer.” Todos aquellos que le seguien
y le servien y rechazan la salvación de Cristo. Y dice tambien en 1Juan
3:10, que “En esto se manifiestan los hijos
de Dios, y los hijos del diablo:
todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.”
Porque, “El que practica el pecado es del
diablo; porque el diablo peca desde el principio.”1Jn.3:8.
“La
simiente suya,” de la mujer, es
Cristo y todos los salvados que han sido hechos hijos de Dios; Jn. 1:12 “Mas a todos los que le recibieron, a los que
creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;…” estos
son los nacidos de Dios por la sangre regeneradora de Cristo, Jn. 1:13.
Ahora
volvamos al principio. Con el paso de los años, el anuncio de salvación hecho
en el Edén, pareció olvidarse. Dios no vuelve a mencionarlo, y en la medida que
aumentaban los hombres, también aumentaba el pecado. La semilla de la iniquidad
había sido implantada en el corazón de la raza humana y no había un solo hombre
que no la heredara. Sin embargo, había hombres temerosos de Dios y Dios los iba
usando para dar cumplimiento a su plan salvífico.
Más adelante, el
pueblo escogido de Dios en medio de tanto sufrimiento adquiere conciencia de
que la salvación solo puede venir de Jehová el Señor, y con frecuencia claman
por ella aunque muchos no tienen una idea muy clara de cómo será.
Muchos salmos
hacen referencia a la salvación que esperan de Jehová de manera profética, veamos
algunos:
Sal.
3:8 “La salvación es de Jehová; Sobre tu
pueblo sea tu bendición.”
Sal.
14:7 !Oh, que de Sion saliera la
salvación de Israel!
Sal.
22:1 “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi
clamor?” Este salmo 22 es un clamor de angustia del pueblo por la
salvación, pero es también una figura profética del sufrimiento del Mesías el
Salvador esperado.
Sal. 53:6 !Oh, si saliera de Sion la salvación de
Israel!
Es un gemido
constante pero esa salvación no se ve venir de ningún lado, ni se sabe cuándo
ni por quien vendrá.
Pero mientras
pasa el tiempo, Dios va revelando de manera más clara esa salvación a través de
los profetas, siendo el profeta Isaías el que más la menciona y con más
detalles:
Is. 9:2 “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran
luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre
ellos.” Este es el resplandor de la noche de Belén, es la
luz de Cristo.
Is. 9:6 “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre
su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre
Eterno, Príncipe de Paz.”
Más adelante en
el cap. 11, el profeta comienza a puntualizar diciendo: “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y
reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia,
espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.”
Y sigue describiendo las características del reinado del Mesías el Salvador,
resaltando que su reinado será de justicia y paz.
El Señor sigue
diciendo por boca de Isaías 42:1-7: “He
aquí mi siervo… Yo Jehová te he
llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por
pacto al pueblo, por luz de las naciones, para que abras los ojos de los
ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los
que moran en tinieblas.” La ceguera
espiritual, la cárcel del pecado y las tinieblas de la muerte eterna.
Todo el cap. 53
de Isaías, habla del sufrimiento y la muerte del Mesías por salvarnos. Y el
cap. 55 es de llamamiento al arrepentimiento y oferta de misericordia gratuita
para todos: “…A todos los sedientos:
Venid a las aguas;… y los que no tienen dinero, venid, comprad sin dinero…
Buscad al Señor mientras pueda ser hallado… Deje el impío su camino, y el
hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él
misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.”
BUENAS NUEVAS DE
SALVACIÓN
El cap. 61:1-2
de Is. Se adelanta al anuncio de las buenas nuevas de salvación:
“El Espíritu de Jehová el Señor
está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a
los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los
cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;
Isa 61:2 a
proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios
nuestro; a consolar a todos los enlutados;”
Este anuncio de
Is. 61:1-2, ya deja de ser promesa en Lucas 1: 67-79, la promesa de salvación
es real: Zacarías anuncia la presencia del reino de Dios entre los hombres,
aunque el Mesías no es visible todavía.
v.68 “Bendito el Señor Dios de Israel, que ha
visitado y redimido a su pueblo,
v.69 Y nos
levantó un poderoso Salvador
En la casa de
David su siervo,…”
El anuncio del nacimiento: Cristo ya está
entre nosotros.
Lc. 2:9-14 “Y he aquí, se les presentó un ángel del
Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero
el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que
será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un
Salvador, que es CRISTO el Señor.
Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto
en pañales, acostado en un pesebre.
Y repentinamente apareció con el ángel una multitud
de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: !Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra
paz, buena voluntad para con los hombres!”
De aquí en
adelante hay un silencio de unos 30 años. Ya todo el mundo ha olvidado la esplendorosa
noche de Belén y el misterio que rodeaba el nacimiento de ese niño.
Es cuando Jesús,
siendo ya un hombre adulto, se manifiesta en la Sinagoga de Nazaret, Lc.4:16, y
confirma personalmente lo dicho por el profeta Isaías muchos años atrás:
“El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me
ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado
a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar
libertad a los cautivos,
Y vista a los
ciegos;
A poner en
libertad a los oprimidos;
A predicar el
año agradable del Señor.” Lc. 4:18-19.
Seguidamente
afirma: “Hoy se ha cumplido esta
Escritura delante de vosotros.” Lc. 4:21.
La fama de Jesús
se extiende por toda la región de Judea, mientras que los acontecimientos que
rodeaban la vida de Juan el Bautista, cambiaron inesperadamente y fue
encarcelado; pero sus discípulos lo mantenían informado de todo lo que se decía
sobre Jesús.
Lucas 7:18-22, En
medio de la incertidumbre en la cárcel, Juan envía mensajeros a preguntarle a
Jesús, si él era el Mesías esperado o debían esperar a otro.
Cuando ellos
llegan a Jesús le dicen: “Juan el
Bautista nos ha enviado a preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o
esperaremos a otro?”
Mientras ellos
estaban aquí, hubo muchas sanidades y milagros, y Jesús les respondió:
“Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y
oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos
oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio.”
Todos los
milagros y prodigios hechos por Jesús, muestran su poder y autoridad; pero el
anuncio del evangelio a los pobres es la mayor prueba de que él es el Mesías,
el Salvador de los hombres.
EL ANUNCIO DEL
SALVADOR queda confirmado con los hechos; la respuesta de Jesús; el
cumplimiento de todo lo anunciado.
La obra de
redención se manifiesta con el anuncio del evangelio, culmina con la muerte de
Jesús en la cruz y se afirma en la RESURRECCIÓN de Cristo.
Esta ha sido LA
MEJOR NOTICIA de todos los tiempos para la humanidad; para usted y para mí:
¡Que el HIJO de
Dios vino a la tierra a traernos SALVACIÓN y VIDA ETERNA! ¡Amén!
¿Qué le parece la
forma como Dios lleva a cabo el plan de salvación?
¿Cree que usted y
yo merecíamos tanto amor de Dios?
¿Cómo cree que
podemos corresponder un poco a ese inmenso amor de Dios?
Le pido dejar su
comentario. Gracias.
Orfilia Miranda
Londoño