Estamos
viviendo en un tiempo en donde abundan las falsas doctrinas y la herejía.
Leía
en días pasados, un mensaje del Vaticano, del que transcribo algunos apartes:
“A través de la humildad, la introspección y la
contemplación orante, hemos adquirido una nueva comprensión de ciertos
dogmas:
La iglesia ya no cree en un infierno literal, donde
la gente sufre. Esta doctrina es incompatible con el amor infinito de Dios.
Dios no es un juez, sino un amigo y un amante de la humanidad. Dios busca no para condenar sino
para abrazar. Al igual que la fábula
de Adán y Eva, vemos el infierno como un recurso literario. El infierno
no es más que una metáfora del alma aislada, que al igual que todas las
almas en última instancia, están unidos en amor con Dios…” “…Todas las
religiones son verdaderas, porque son verdad en los corazones de todos aquellos
que creen en ellos.” (Según el mensaje, cada uno tiene su
propia verdad). “¿Qué otro tipo de verdad está ahí? En el pasado, la iglesia ha
sido muy dura con los que consideró inmorales o pecaminosos. Hoy en día, ya
no hay juicio. Como un padre amoroso, nunca condenemos a nuestros hijos. ¡Nuestra
iglesia es lo suficientemente grande como para heterosexuales y homosexuales,
para los pro-vida y los pro-elección! Para los conservadores y los liberales,
incluso los comunistas son bienvenidos y se nos han unido. Todos amamos y adoramos
al mismo Dios.”
“…El catolicismo es ahora una religión moderna y
razonable, que ha sufrido cambios evolutivos. Ha llegado la hora de
abandonar toda intolerancia. Debemos reconocer que la verdad religiosa evoluciona
y cambia. La verdad no es absoluta o grabada en piedra. Incluso los ateos
reconocen lo divino. A través de actos de amor y caridad el ateo reconoce a
Dios como bueno, y redime su alma, convirtiéndose en un participante
activo en la redención de la humanidad.” (El énfasis es añadido).
Cuando leí esto, me sentí preocupada por
las personas que reciben estas herejías, las creen y se pierden; pero no me
sorprendió mucho porque ya se lo había escuchado hace 30 años a un teólogo en una
conferencia de “Teología moderna.”
Todas estas doctrinas de herejía, lo que
nos demuestra es que estamos en una época bien difícil para los creyentes y la
biblia nos alerta acerca de este tiempo: “Mirad, pues, con diligencia
cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el
tiempo, porque los días son malos.” Efesios 5:15.
Aquí la Palabra nos exhorta a revisar qué clase de vida llevamos como
creyentes en Cristo, y a estar muy atentos a cualquier engaño; a que aprovechemos bien el
tiempo andando en sabiduría, estudiando y escudriñando las Escrituras,
contendiendo por la sana doctrina para no dejarnos desviar del camino de la
salvación. No tengamos miedo de rechazar la falsa doctrina venga de donde
vengan.
Estos
pensamientos anti bíblicos que niegan verdades absolutas de la biblia, como la
salvación por la fe en Cristo, y no por otros medios; la necesidad del
arrepentimiento, el juicio de Dios y la existencia del infierno; que niegan la
verdad de la palabra de Dios como verdad
absoluta, afirmando que todas las religiones son verdaderas, incluso el satanismo, son otra mentira
de Satanás que es astuto y como padre de la mentira, miente desde el principio:
“El ha sido homicida desde el principio, y no ha
permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de
suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” Juan 8:44.
Cristo fue muy
preciso cuando dijo: “Yo soy el
camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Jn.14:6. Él no dijo, Yo soy un camino de tantos
que hay.
Recuerdo que
en los años 80, en Colombia, todos los sacerdotes de una diócesis debían ir a Roma a actualizarse en teología, en
la “Gran Pontificia de Roma.” Pero hubo un sacerdote ya bastante mayor, que se negó a ir y dijo: “No, si voy a
eso, pierdo la poquita fe que me queda; prefiero quedarme desactualizado.”
La “Teología Moderna,” es muy peligrosa, suprime principios bíblicos y enseña herejías;
y esto no solo sucede en la iglesia católica, lamentablemente, hoy día, estas corrientes
teológicas están permeando en muchas congregaciones que se siguen llamando
evangélicas o cristianas.
Tratar desde
la perspectiva humana de escudriñar y resolver los misterios de Dios; de definir a Dios en su naturaleza Divina, en su
eternidad, santidad, sabiduría, su poder y omnisciencia, es prepotencia del
hombre; nos quedaríamos cortos en lo que pudiéramos decir, porque Dios, el
Eterno, el Creador del universo, quien existe por Sí mismo, que es “increado” y
en quien todo existe y se sostiene, es GRANDE en Sí mismo, lo llena todo y lo
abarca todo; nada existe fuera de él. ¡EL ETERNO Y SANTO DIOS, no tiene
definición!
DIOS, como SER SUPREMO, está fuera del alcance de
cualquier definición en que lo pretenda encerrar la mente humana: así de
simple, porque DIOS es el Creador y el hombre la creatura.
Siendo Dios INFINITO, y el hombre finito, tratar de
comprender la eternidad, la magnitud y los dominios de Dios, es como pretender
recoger toda el agua del océano en un pequeño estanque.
Lo que Dios quiso en su sola soberanía revelarnos de
él, ya lo hizo en la revelación de su Hijo Jesucristo: Jn.14:9 "Jesús le dijo: ...El que me ha visto a mí, ha visto al Padre;" Y Lc.10:22- 24, “Todas las cosas me fueron entregadas por mi
Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre,
sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
23Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: Bienaventurados
los ojos que ven lo que vosotros veis; 24porque os digo que muchos
profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo
que oís, y no lo oyeron.”
Visto lo anterior, sin embargo, me atreveré con temor reverente, a citar algunas otras de
sus características y atributos de su esencia y naturaleza Divina:
Dios es
inmutable, DIOS NO CAMBIA:
Dios sigue
siendo eterno y Santo, tres veces Santo, es Soberano, perfecto y en él no hay
mudanza ni indicios de que él haya variado o cambiado en el transcurrir de los
siglos y su Palabra lo confirma:
Santiago
1:17 “Toda buena dádiva y todo don
perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay
mudanza, ni sombra de variación.”
Los
hombres son los que hoy dicen una cosa y mañana otra. Cambian de forma de
pensar y de actuar, según sean influenciados por el medio, o el tiempo y la
moda.
Dios
tiene Palabra de VERDAD:
Su
Palabra es absolutamente cierta y verdadera, no miente como los hombres, y no
cambia de parecer de un día a otro.
Números 23:19 “Dios
no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El
dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”
Y
si Dios es inmutable, y no cambia, entonces NO EVOLUCIONA, es el mismo ayer,
hoy Y POR SIEMPRE. Heb. 13:8 “Jesucristo
es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.”
Él siempre está en tiempo presente, para él no existe el tiempo como
lo es para nosotros:
2Ped. 3:8 “Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para
con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.” Por lo
tanto, decir que “la verdad religiosa puede cambiar y evolucionar,” es cierto,
cualquier religión puede hacerlo; pero NO la verdad de la Palabra de Dios, que permanece
porque Dios no cambia y es más que una religión.
DIOS ES TRES VECES SANTO:
Ese, tres veces
Santo, en la biblia, es un énfasis de la santidad de Dios. Nos da una idea de la alta perfección moral
de Dios, que con la mente humana, no alcanzamos a comprender ni a imaginar la
grandeza, la anchura, ni la altura, ni la profundidad de su Santidad, así como
tampoco hay palabras que alcancen a dar una definición de su santidad y su esencia.
Como criaturas suyas y como creyentes, es muy poco lo que
le ofrecemos a Dios de alabanza y adoración. Más bien, somos irreverentes y
confianzudos en el trato hacia Él. Una cosa es acercarnos a él con la confianza
de hijos al Padre amoroso y tierno, y otra muy distinta es referirnos a Dios de
cualquier manera con palabras y términos irrespetuosos como estos: “el mán de
arriba,” “el hombre del segundo piso,” “el jefe,” “el parce” y muchos más que
se escuchan.
Éstos no son términos adecuados ni reverentes para
referirnos a Dios; él no es igual a nosotros y merece nuestro amor, respeto, veneración y adoración. Necesitamos
tener la visión correcta de Dios, alto y sublime; de su perfección moral y de
su pureza que debe ser vista como es debido.
Sólo Dios es digno de adoración; y la biblia en varios
pasajes nos muestra la reverencia y el respeto con que le adoran los serafines
y los seres celestiales:
Is. 6:2-3 “Por encima de él
había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos
cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo:
Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su
gloria.”
Ap. 4:8 “Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas,
y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de
decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que
es, y el que ha de venir.”
Ap. 15:3, “Y cantan el cántico de Moisés
siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son
tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de
los santos. 4¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre?
pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán,
porque tus juicios se han manifestado.”
Sal.
22:3 “Pero tú eres santo, Tú que habitas
entre las alabanzas de Israel.”
Sal.
77:13 “Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué
dios es grande como nuestro Dios?”
Suficiente ilustración
para entender cuánto respeto, veneración, agradecimiento y adoración debemos al
Dios Altísimo.
Dios es Uno,
Soberano y ETERNO:
En nuestra
mente limitada, finita, no alcanzamos a entender la eternidad de Dios. Él mismo
dijo a través del profeta Is. 46:9-12:
“Acordaos de las cosas pasadas desde los
tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante
a mí, 10que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad
lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que
quiero; 11que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al
varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo
haré.
12Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la
justicia: 13Haré que se acerque mi justicia; no se alejará, y mi
salvación no se detendrá. Y pondré salvación en Sion, y mi gloria en Israel.”
Este
solo texto encierra varias de sus características de su esencia como Dios único:
Es
Dios desde siempre, presente en todo, Sabio, él es el único Dios que ha
existido desde los siglos y por los siglos, consejero, soberano, poderoso, lo
que decreta lo hace, es Dios de gloria y salvación.
Si en Dios no
hay mudanza, su palabra tampoco cambia:
Mat 24:35 “El cielo y la tierra pasarán, pero mis
palabras no pasarán.”
Apoyados
en la Palabra de verdad, ahora volvamos
al comienzo del mensaje:
Negar la
existencia del infierno es decirle a Dios mentiroso; es negar también la
existencia del cielo, su justicia y la vida eterna; es negar la palabra de
Dios; y ¿qué sentido y explicación tendría el que el Hijo de Dios, Jesucristo,
viniera a morir por nosotros si no existiera el riesgo de condenación eterna?
Como vemos, esta es otra artimaña y mentira de Satanás. Y la pone en la boca de
personas con liderazgo y autoridad notables para que el daño sea mayor.
Desde su caída
del cielo, Satanás ha luchado siempre contra Dios, y contra la obra más amada
de Dios: el hombre. (Género humano) Jr. 31:3 “Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.”
Él nos odia porque para él no hay misericordia ni perdón.
Desde el
principio su intención siempre ha sido destruir al hombre; lo hizo desobedecer
en el Edén y por seguir el camino de la maldad, fue destruido con el diluvio
mas tarde; quiso destruir al pueblo escogido, Éxodo 1:15-16; quiso estorbar la
salvación al tratar de matar a Jesús recién nacido en Belén; después lo tentó
tres veces en el desierto; usó la boca de Pedro para persuadirlo de que no
fuera a la cruz; y como todos sus planes le han fallado, hoy ataca a la iglesia
con la herejía y la apostasía; desmiente la Palabra y sigue usando toda clase
de artimañas para arrastrar a los hombres y mujeres al pecado y a la
condenación eterna.
Qué mejor arma
de destrucción que la confusión. La confusión lleva a la duda, la duda lleva a
la dureza del corazón y a la incredulidad. Las personas se vuelven indiferentes
y rechazan a Cristo el Salvador y ya las tiene en su mano.
El creyente
tiene que estar muy atento, Satanás está desesperado haciendo todo lo que sea
por arrastrar a todas las almas que pueda, porque sabe que le queda poco
tiempo.
Él sabe que en
Cristo está vencido, destruido y condenado, destinado al lago de fuego por toda
la eternidad con todos aquellos que le obedecen.
La presencia
de Cristo en el mundo es muy fuerte para el enemigo de nuestras almas; él sabe
que Cristo vino a salvarnos y a destruirlo, Heb. 2:14:
“Así
que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó
de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la
muerte, esto es, al diablo, 15y librar a todos los que por el temor
de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.”
Cristo, pues, puso
fin a esta esclavitud del pecado, rescatándonos de la muerte y dándonos nueva
vida en él. En Cristo somos libres ahora; él vino a destruir en la cruz las
obras del diablo.
1Jn.3:8 “…Para esto apareció el Hijo de Dios, para
deshacer las obras del diablo.”
Para el diablo
no existe la misma oportunidad que tenemos nosotros de salvación, por eso nos
odia y quiere devorarnos. Estemos muy atentos, la biblia nos alerta: 1Pe 5:8,
“Sed sobrios, y velad;
porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor
buscando a quien devorar;”
La forma
efectiva para mantenerlo lejos de nosotros, es permaneciendo
firmes en la fe y sometidos consciente y decididamente, al señorío de Jesucristo.
Sat. 4:7 “Someteos,
pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”
Finalmente,
tengo que decir, que si estamos viviendo días malos y peligrosos, también nos tocó
vivir en un tiempo de privilegio: en el tiempo de la gracia de la salvación. A los antiguos no
se les dio la revelación de Cristo ni se les dieron indicios de lo que está por
venir:
Ef.
3:5 “…misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de
los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el
Espíritu…”
1 Cor. 2:9-10 “Antes
bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido
en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Pero Dios nos
las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña,
aun lo profundo de Dios.”
¡Animo y
adelante! Si Cristo está con nosotros, ¿quién contra nosotros? Bendiciones.
Orfilia
Miranda L.