domingo, 10 de agosto de 2014

¡¡RUTH, QUÉ MUJER!!



Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios.” Rut 1:16.
La historia de Rut, la moabita, es una historia emocionante y conmovedora, de la cual podemos aprender mucho como creyentes.
Se desarrolla entre Moab y Belén, en tiempos cuando el pueblo de Israel era gobernado por jueces.
Esta historia de Rut, transcurre alrededor del año1.370 al 1.041 a. de C. época en que se pasa de los jueces a la monarquía.
La historia  se desarrolla en un período de tiempo de unos 11 a 12 años aproximadamente, entre Moab y Belén.
Todo comienza cuando se da una situación de hambre y escases en las tierras de Belén, y  Elimelec se traslada con Nohemí su esposa y sus dos hijos, Mahlón y Quelión a territorio de Moab.

Pasado un tiempo allí, muere Elimelec, y sus dos hijos tomaron mujeres moabitas y se casaron. Pero tiempo después, murieron ellos también sin dejar hijos. No sólo queda Nohemí viuda, sino también sus dos nueras, Ruth y Orfa.

Al quedar sola Nohemí, y no habiéndole quedado nietos de sus hijos, ella decide enviar a sus nueras a sus familias de origen, dejándolas en libertad para que vuelvan a casarse y ella decide volverse a su pueblo.
Al despedirse Nohemí de ellas, Orfa, muy triste, obedece a su suegra, se despide y se marcha llorando a su casa. Pero Ruth no acepta dejar a su suegra.
Ruth era una mujer extraordinaria, decidida y valiente, ella ve más allá de sus propias circunstancias: Ruth, ve la soledad y la tristeza de Nohemí su suegra ya de edad avanzada y piensa en su futuro como mujer viuda; no admite verla partir tan triste y sola,… ¡qué sería de ella! Entonces se niega a irse a su casa e insiste en acompañarla.
La insistencia de su suegra de que se vaya a su casa, no la hace cambiar de parecer.
Ruth no sabe la trascendencia que tendrá en el tiempo la decisión que está a punto de tomar. Sin saberlo, está a punto de tomar una decisión, que no solo cambiará el rumbo de su propia vida, sino también la vida de su suegra.
La misericordia hacia Nohemí la hace pensar más en el futuro de ella, que en sí misma, y es cuando le dice:
“No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tu fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. Donde tu murieres, moriré yo y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que solo la muerte hará separación entre nosotras dos.” Ruth 1:16-17.

No hay ninguna vacilación en sus palabras, vemos en Rut a una mujer de carácter firme y muy decidida a afrontar toda clase de riesgos en una tierra extraña, en otra cultura totalmente distinta por ayudar a su suegra, por no abandonarla en ese estado anímico en que se encontraba. Ruth sabía que su suegra al quedarse sin un varón que la respaldara, no tenía nada de qué vivir, ni quien la socorriera; ese afán y amor por su suegra eran más grandes que las dificultades que pudieran enfrentar, pues la situación de las viudas en esa cultura y esa época, no era nada fácil.
(Así el marido dejara herencia, si no les quedaba un hijo mayor o un pariente que administrara, la viuda quedaba totalmente desamparada con los niños menores).

No es que Rut, no hubiera medido las consecuencias de lo que le podía sobrevenir: por lo mismo, porque lo tenía claro, es que decide no abandonar a su anciana suegra.
La generosidad la lleva a la negación de sí misma, para ayudar a Nohemí, la lleva a renunciar a su familia, a su cultura y religión, y cambia a su dios Quemos, por el Dios verdadero de los israelitas.
En su pueblo quedaban sus padres, familiares y amigos, y la posibilidad, de rehacer su vida.
Con esta decisión, Rut acaba de renunciar a su propia vida por amor y lealtad a su suegra; acaba de sepultar todas sus esperanzas y expectativas de vida.
Cualquiera pudo pensar que estaba loca. Pero no, los planes de Dios son diferentes y se escapan a la imaginación humana.
Cuando Dios tiene un propósito especial para la vida de una persona, hasta los errores o lo que nosotros creemos que es un error, es usado por Dios para su propósito.
Nohemí se había llenado de tristeza y amargura, pues sentía que estaba siendo castigada severamente por Dios, por haberse ido a un pueblo que estaba bajo la maldición de la idolatría, en busca de una mejor vida. Estas eran sus palabras cuando llegó a Belén:
Ruth 1:20-21 “… No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso. -Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?”
Yo no sé si Dios la estaba castigando, o no, pero lo que si me queda claro, es que a través de Nohemí y su familia, Dios tiene un plan maravilloso para la vida de Ruth y lo está realizando. Y al mismo tiempo, Dios usa a Ruth para levantar a Nohemí; así es como estas dos mujeres se convierten en canal de bendición la una para la otra.

Siguiendo con la historia, al llegar a Belén, Rut se somete a su suegra y le obedece en todo. Le pide permiso para salir a trabajar como recolectora o espigadora en los campos de cebada, que están justo en tiempo de siega; y según la ley, se ordenaba que al segar, se dejaran espigas de las cosechas en el campo para los pobres, los huérfanos, las viudas y los extranjeros. Ruth reunía todos los requisitos.

Dentro del plan de Dios, Ruth va a dar justo a las tierras de Booz, pariente de su difunto suegro Elimelec. Allí conoce a Booz y halla gracia en él mostrando especial consideración por ella entre las segadoras y da orden de no molestarla. Más bien, ordena a sus criados que se le ayude en todo lo que ella necesite.
Ante la acogida y la consideración con que Booz la trata, ella se conmueve:
 “…Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera?Ruth 2:10.

La triste historia de Nohemí, así como su regreso, ya se había regado en todo el pueblo y había llegado a oídos de Booz, por lo cual Booz le responde:
 He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes.” Ruth 2:11.

Al regreso a casa, Rut le cuenta a Nohemí todo lo que pasó en el campo; inmediatamente, Nohemí se da cuenta que ese es Booz su pariente, y a la manera de la costumbre judía, sólo un pariente podía redimirlas. Entonces Nohemí da instrucciones a Rut para que visite a Booz en la era, la noche en que él avienta la cebada. 3:5-6. (La semilla es tirada al aire para separar el grano de la cascarilla con el viento).
Hizo todo lo que Nohemí le dijo y logra que Booz la redima como pariente cercano de su esposo, y al casarse con él, no sólo tiene la protección de un hogar, sino que también entra a formar parte del linaje humano de Cristo. De esta manera, es como Ruth llega a ser la bisabuela de David.
Ruth 4:21 Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed, este a Isaí, e Isaí a David.

Esto estaba muy lejos del pensamiento de Ruth cuando tomó esa decisión en Moab, y tampoco era lo que buscaba cuando quiso ayudar a su suegra.

Verdaderamente, que la forma como Dios actúa en nuestra vida y como lleva a cabo sus planes a favor nuestro, a través de cada circunstancia, es sorprendente.
Para esto hay que someterse a él en total obediencia y sumisión, con humildad y paciencia, haciendo lo que hay que hacer, orando y pidiendo su dirección, dejando que en su tiempo Dios hará. No importa si por momentos, lo que nos esté sucediendo parezca absurdo o ilógico, hasta injusto. Dios nunca se equivoca en sus planes, somos nosotros los que nos equivocamos cuando queremos ayudarle a él tomando decisiones en la carne, haciendo lo que mejor nos parece.
Lo mejor que podemos hacer, es dejar la situación en sus manos, y en su  presencia, esperar quietos y en silencio. Sal. 37:7 “Guarda silencio ante Jehová, y espera en él.”

Ruth es una de las grandes mujeres de la biblia. Su nombre aparece unas 12 veces en el libro de Rut y en Mateo 1:5, en la genealogía de Jesús.

Debido a la relación idolátrica de Moab con Quemos, (1ª Reyes 11:7) y a su oposición a Israel, Dios maldijo a Moab y les estaba prohibido entrar al Tabernáculo hasta 10 generaciones. Rut sería como la onceaba generación. (Deut.23:3).

¿Por qué Dios habría de escoger a una mujer de este pueblo, para emparentarla con el linaje de David, el linaje de Cristo?

1. Rut la moabita, ilustra que el plan de salvación de Dios se extiende más allá de los judíos hasta los gentiles (Ruth 2:12). Ruth dejó su dios Quemos, y se volvió al Dios vivo.

2. Rut se subordinó completamente en obediencia a las indicaciones de Noemí. 3:5-6.  
La misma actitud de obediencia y sumisión a Dios se necesita en todos los que desean recibir los beneficios de la obra redentora de Cristo.

3. En Rut queda demostrado que las mujeres son igualmente coherederas con los hombres de la gracia de la salvación de Dios.

4. Booz, como un tipo de Cristo, se convierte en el pariente redentor de Rut.
Y al ser redimida, queda eliminada de ella toda maldición cultural, pasando a ser del linaje de Cristo. Rut fue la bisabuela de David según la genealogía de Cristo. Mat. 1:5.

Cuando hacemos la decisión de seguir al Señor y nos sometemos en obediencia a Su Señorío, somos redimidos de todo pecado y limpiados de toda maldición y nos convertimos en linaje escogido de Dios.
1a Pe 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios,…” ¡Amén!

Dios les bendiga.

Si este mensaje le bendice, por favor deje su comentario.


                                                           Orfilia Miranda Londoño

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