La oración es una práctica que
no debe faltar en la vida de ningún creyente; pero, ¿qué pasa cuando algunos se
quejan de que oran mucho y pareciera que Dios no escucha sus oraciones?
¿Estamos orando como a Dios le
agrada? ¿Enseña la biblia cómo orar?
Sí. En la biblia encontramos
varios textos que nos ilustran sobre
este tema; pero para esta reflexión tomaremos específicamente el libro
de Nehemías 1:1-11.
El
libro de Nehemías es un
buen manual
que nos enseña cómo
orar por nuestras necesidades
personales, familiares y
las de la iglesia de manera efectiva, aunque nuestras circunstancias sean diferentes hoy
a las de Nehemías en su tiempo.
Neh.1:1-4
“….Aconteció
en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa, capital del reino, 2 que vino Hanani, uno de mis hermanos,
con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado,
que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén. 3 Y me dijeron: El
remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de
Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.4 Cuando oí estas
palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los
cielos.”
En este texto vemos primeramente la actitud que Nehemías tuvo
hacia Dios, hacia su pueblo y hacia sí mismo, y la petición que hizo al Señor.
Al oír la noticia, el primer momento fue de sacudida, de conmoción, de
tristeza y de llanto; pero luego viene la reacción,
hay que ponerse en pie y
empezar a actuar:
Primero, busca la presencia de Dios; es lo que debemos hacer
siempre ante cualquier problema, por grave y difícil que este sea. Buscar
la dirección de Dios es siempre lo primero antes de tomar cualquier decisión.
Neh.1:4
“…, y ayuné y oré delante del
Dios de los cielos.”
Segundo:
A Dios no se llega con altivez ni arrogancia, ordenándole que haga, o decretando lo
que yo quiero que Dios haga. No, venimos con humildad, rendidos
a él en ayuno
y oración como lo hizo
Nehemías.
Neh.1:5-7 “Y
dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que
guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos; 6 esté ahora atento tu oído y
abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y
noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos
de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos
pecado. 7 En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los
mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo.”
Esta
oración contiene varios
elementos fundamentales que debemos tener en cuenta a la hora de presentar
nuestras peticiones a Dios:
*Empezar reconociendo la grandeza de Dios y su soberanía, v. 5 “Te
ruego, oh
Jehová, Dios
de los cielos, fuerte, grande y temible…”
*Reconocer
que Dios es fiel en guardar el pacto y la misericordia a los
que le aman y le obedecen: v.5 “…que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y
guardan sus mandamientos”
*Pedir a Dios que esté atento su oído y
abiertos sus ojos para atender y escuchar nuestras oraciones, sabiendo que él
es fiel a sus promesas, v.6 “esté ahora atento tu oído y abiertos tus
ojos para oír la oración de tu siervo, que
hago ahora delante de ti día y noche,
por los hijos de Israel tus siervos; y confieso
los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y
la casa de mi padre hemos pecado.”
Nehemías
se sitúa delante de Dios en condición de “siervo” y de hombre pecador, al suplicar
el favor de Dios para su pueblo.
*Interceder
por nuestros hermanos, sabiendo
y creyendo que Dios responde a las oraciones de sus hijos, v. 6 “Que hago ahora delante de ti día y noche,
por los hijos de Israel tus siervos”. Líderes o no, todos estamos llamados
a clamar a Dios por la iglesia, por sus necesidades, por los enfermos, por el
crecimiento espiritual y santidad de la congregación. Una iglesia sin santidad,
es como una ciudad con los muros derribados, expuesta a ser atacada y saqueada
por sus enemigos.
*Nuestra oración debe hacerse siempre con corazón
limpio:
6 “Y
confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí,
yo y la casa de mi padre hemos pecado.”
No podemos dirigirnos a Dios
con un corazón lleno de pecado; el pecado sabemos, nos aparta de Dios y rompe
nuestra relación con él.
Una
manera de hacer que Dios responda nuestras oraciones, es acercarnos a él con corazón
arrepentido. Y aquí quiero dejar bien claro, Dios escucha todas las oraciones y las conoce antes de que se las formulemos,
Sal. 139:4, pero no todas las responde. Dios no responde la oración de alguien
que no está dispuesto a dejar el pecado, veamos Isa 1:15 “Cuando
extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando
multipliquéis la oración yo no oiré;”
es
decir, Yo no les prestaré atención; porque
el pecado nos convierte en enemigos de Dios. Y Nehemías tenía muy claro esto,
por eso él pide perdón por sus propios pecados y los del pueblo.
Más
adelante el libro de Nehemías nos muestra cómo Dios respondió su oración, y lo
ayudó de manera formidable poniendo personas poderosas a su favor para que lo
ayudaran.
Para una oración efectiva
entonces, no olvidemos:
-Interceder con humildad y reverencia a Dios,
reconociendo su grandeza y respetando su soberanía.
-Con confianza y corazón limpio, pidiendo perdón a Dios
por el pecado.
-Finalmente, pedir a Dios que haga su voluntad
divina por medio
de nuestra vida de obediencia, y cuando obedecemos, Dios mismo hace que pidamos
conforme a su propósito divino para que todas nuestras oraciones sean
respondidas.
Hasta
pronto, Dios les bendiga.
Orfilia Miranda L.
Mí petición al Espíritu Santo es que active en mí DANIEL ORTIZ el don de palabra de sabiduría. gracias.
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