Mateo 13:24-39
“Jesús les dijo: un
hombre sembró buena semilla en su campo;
25 pero
mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y
se fue.
26 Y
cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.
27
Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no
sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?
28
Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues,
que vayamos y la arranquemos?
29
Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella
el trigo.
30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la
siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la
cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.
36
Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus
discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo.
38
El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son
los hijos del malo.”
Escucho con frecuencia a personas no creyentes, hacer esta pregunta: “¿Si
Dios es bueno y justo, porqué permite el mal, y permite que tanta gente
inocente sufra?” En el texto de Mat.13 que acabamos de leer está clara la
respuesta: Dios no es el responsable del caos del mundo:
Dios creó al hombre en libertad y santidad, a su imagen, y le constituyó
señor de toda la tierra; Gén. 1:26 “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a
nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar,
en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra y en todo animal que
se arrastra sobre la tierra.”
¡Qué más podría desear el hombre que le hiciera falta! ¡Era semejante a
Dios! ¡Era el señor en la tierra!
Pero el enemigo de Dios sembró cizaña,
mala semilla en el corazón del hombre: la semilla de la INIQUIDAD.
Desde entonces la humanidad y toda la creación quedaron bajo maldición; el
hombre perdió su señorío y se rompió el orden establecido por Dios y la armonía
con que había sido creada la tierra, desde entonces, el mal combate contra el
bien.
Después de la desobediencia, el hombre creado en libertad, al ser
conocedor del bien y del mal, asimismo quedó en libertad de elegir el bien o el
mal, pues Dios no le suprime la libertad.
Dios no creó robots, creó personas libres con voluntad propia, capaces
de decidir amarle, adorarle, glorificarle, servirle y obedecerle, o por el
contrario, rebelarse contra él y desobedecerle, como lo hicieron Adán y Eva, y
se sigue haciendo.
El hombre seducido por el enemigo de Dios, libremente decidió
desobedecerle con las terribles consecuencias que ya conocemos. La iniquidad
entró en su corazón y solo obra el mal de continuo; cada día que se aleja más
de Dios, se va hundiendo más en su maldad y maquina cada vez más nuevas formas
de maldad, y no se sacia, haciendo que la maldad misma lo vuelva más incrédulo
y más duro de corazón.
La incredulidad ciega los ojos y la mente de tal manera, que no ven el
mal que hay ante sus ojos; nada les parece malo, y le dan cabida a toda clase
de pecado y perversión.
Bajo el pecado, el hombre por sí mismo no está capacitado para obrar el
bien; todo el designio de los pensamientos de su corazón es de continuo el mal.
Gén. 6:5.
Por eso los no creyentes, que no conocen la Palabra de Dios, se siguen
preguntando: ¿De dónde salió la maldad? Otros culpan a Dios de la maldad y como
no entienden de dónde sale, lo acusan de ser un dios malo.
En estos últimos tiempos, vemos
cómo aumenta la maldad y sus formas; de otro lado, muchas acciones
condenadas en la biblia como pecados abominables a Dios, hoy están siendo
aceptadas
por la sociedad y tienen el respaldo de los gobiernos y legisladores y se están legalizando; y una vez que se convierten en LEY, hay que aceptarlas, ya no podemos hacer nada;
resistirse sería ir en contra de la
ley, lo que nos convertiría en delincuentes.
Ésta es una estrategia del
enemigo sembrador de la cizaña. ¿Alguna similitud con nuestro tiempo?
La biblia dice que debemos obedecer a los gobernantes, pero también dice
que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. Lo que significa que la
LEY de Dios está sobre las leyes de los hombres cuando estas contradicen los
principios bíblicos. Es aquí cuando el creyente necesita estar muy arraigado en
su fe en Cristo para mantenerse firme y tomar la decisión correcta y no negar
al Señor, así le ocasione hasta la muerte misma.
Los creyentes deben aprender a convivir con la cizaña hasta el fin del
tiempo sin dejarse absorber o ahogar por ella cueste lo que cueste. A Juan el Bautista,
Herodes le hizo cortar la cabeza por censurarle su pecado de adulterio; y muchos cristianos han muerto de múltiples maneras
por causa del evangelio.
Entendemos que los creyentes no pueden acabar con la maldad en el mundo y
la degradación social, ni pueden impedir la aprobación de leyes permisivas, pero
como creyentes, no deben poner en práctica costumbres anti bíblicas
abiertamente condenadas por Dios.
La iglesia no está libre de la cizaña: pero los que son trigo, los hijos de Dios no deben
confundirse ni perderse entre ella.
Es triste ver cómo la iglesia moderna
liberal ha ido aceptando los divorcios entre sus miembros ya creyentes y
están aceptando homosexuales y personas en unión libre y en adulterio en los
ministerios, sin antes haberlos confrontado con la Palabra que les motive a la
conversión y al arrepentimiento.
Los creyentes liberales han ido poco a poco aflojando y bajando su
estándar moral y de santidad, y se han ido acomodando a las costumbres de este
siglo. Muchos se están hundiendo poco a poco en este mundo de arena movediza
del paganismo moderno. Y Satanás está haciendo esfuerzos y aprovechando para
mezclar sus hijos del mal con los hijos de Dios, haciendo que sea muy difícil
para los creyentes distinguir los falsos creyentes de los verdaderos en muchos
casos.
Dios está teniendo paciencia: él está esperando y dando la oportunidad a
muchos todavía; él quiere que todos los hombres lleguen al arrepentimiento.
Pero el día vendrá en que mandará a sus ángeles a segar y a separar el trigo de
la cizaña; a guardar el trigo en graneros de eternidad gloriosa y a echar a
quemar en fuego eterno la mala hierba, el falso trigo, la cizaña de la iglesia.
La cizaña es una mala hierba muy parecida al trigo, muy difícil de
distinguir temprano; destruye las cosechas del trigo. En los tiempos de Jesús,
los enemigos de alguno se vengaban de él sembrándole cizaña a sus cultivos de
trigo para arruinarlo.
Hoy mientras la iglesia duerme y se entretiene con infinidad de cosas
mundanas, y dejó de predicar y enseñar el verdadero evangelio para el
arrepentimiento, el enemigo le está sembrando la cizaña del falso evangelio,
falsa piedad, falsa religiosidad, falsa alabanza con música mundana, falsos
profetas y maestros que entretienen y suscitan en los congregados emociones
carnales y los engañan haciéndoles creer que están siendo llenos de la
presencia de Dios.
Los invito a escudriñar más las Escrituras para no caer en engaño; a
buscar congregaciones de buena doctrina y a orar más. A buscar diariamente la
verdadera presencia de Dios y la guianza del Espíritu Santo que es el que
produce la santidad en nosotros y nos revela la verdad.
Los invito a apartarse de las costumbres mundanas que nos enfrían en la
relación con el Señor, y a los que son maestros o predicadores, o
evangelizadores, les invito a no tener temor de predicar el verdadero evangelio
de Cristo.
¿Está preparada la iglesia para enfrentar con valor lo que le puede
venir en el último tiempo?
Es importante reflexionar en esto, los tiempos cada
vez se vuelven más malos y peligrosos para los creyentes; pero no nos dejemos amedrentar, el Señor dice: “Jn.16:33 “Estas
cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción;
pero confiad, yo he vencido al mundo.”
Y en Cristo
nosotros también somos vencedores.
Finalmente, les invito a reflexionar: ¿En la iglesia y
en el mundo, es usted trigo o cizaña? Respóndase usted mismo. Bendiciones y
hasta pronto.
Orfilia Miranda Londoño
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