22 de abril
2022
Reino, es aquel territorio cuyos habitantes
están sujetos a un rey. Se trata de un Estado regido por una monarquía, la
forma de gobierno en la que el cargo supremo es unipersonal, vitalicio y, por
lo general, hereditario.
El
Reino de Dios es el gobierno establecido por Jehová Dios. Puesto que su sede
está en el cielo, la Biblia también lo llama “el reino de los cielos” ...
En el
mundo espiritual existen solo dos reinos:
El reino
de la Luz y el reino de las tinieblas.
O, el
reino de Dios, y el reino de satanás. No hay más.
Y son dos
reinos muy antagónicos.
Pertenecemos
al uno o al otro, pero no hay una zona intermedia o neutral.
Y al
que pertenezcamos, a ese servimos.
Pregunta:
¿A cuál de los dos reinos pertenecemos?
Por
supuesto que, como cristianos, me dirán que al reino de Dios.
Pero…
En la práctica,
¿esto será así?
¿A
cuál reino estamos sirviendo?
Servimos
a uno, o servimos al otro, pero no podemos servir a los dos al mismo tiempo; y
Jesús lo dijo de manera enfática en Mat.6:24
“Ninguno
puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o
estimará al uno y menospreciará al otro.”
Por
quedar bien con uno, le va a quedar mal al otro.
Análisis
de ventajas y desventajas de pertenecer a uno o a otro reino:
*Qué
ofrece el reino de Cristo:
Luz, sabiduría,
libertad, verdad, vida eterna, salvación, plenitud de gozo, paz interior y amor;
y la mayor prueba de ese amor hacia los hombres: la cruz.
-En la
cruz, Cristo lo dio todo por amor a nosotros; y todo lo anterior, Cristo lo
resume en este versículo:
“Yo
Soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.” Jn.14:6
No hay
otro camino que nos conduzca al reino de Dios. No lo hay. Solo a través de Cristo.
*Desde
la caída en el Edén, despreciamos a Dios y elegimos el reino de las tinieblas;
así no más, sin comprar el boleto. Porque cuando desobedecemos la Palabra de
Dios y la cuestionamos, le damos autoridad al diablo.
*En el
reino de satanás tenemos:
El
ofrece a los que le sirven: Poder, fama, riquezas, salud, gloria, libertad para
hacer lo que te plazca, éxito, placeres, diversión y entretenimiento. ¿A cambio
de qué?
-Todo
esto tiene un alto precio:
La
recompensa por servirle a satanás es tinieblas, esclavitud, prisión, mentira,
muerte física y espiritual, Rom.6:23, “porque la paga del pecado
es muerte…”; condenación eterna.
-Satanás
aflige a sus siervos con desesperación, tristezas, dolor, odios, resentimientos,
envidias, celos, murmuraciones, deseos de venganza, cizaña.
Satanás
siempre anda con la mentira y el engaño porque es el padre de la mentira.
Gén.3:5, a la
primera pareja humana les prometió conocimiento y perdieron la amistad con Dios.
*En Jn.
8:44, Jesús hace una afirmación muy fuerte y escandalosa que retumba en los
oídos de los fariseos: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los
deseos de vuestro padre queréis hacer.
Él ha
sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no
hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso y
padre de mentira”.
-Y en
el siguiente versículo, el 45 dice: “Y a mí, que digo la verdad, no
me creéis.”
Desde
el principio, desde el Edén, se cuestiona la verdad y se cree la mentira.
Y en
la medida que su destrucción se acerca, el enemigo arrecia sus ataques para que
la gente no conozca la verdad. (para ello usa el entretenimiento).
Jesús afirma
ser la Verdad:
Jn.14:6 “Yo
soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
Jesús
no dice, soy un camino; tampoco dice soy una verdad.
El mundo
enseña que la verdad es relativa, que hay muchas verdades; que cada uno tiene
su propia verdad según lo que decida aceptar y creer.
El
reino de las tinieblas es confusión, pérdida de identidad, duda, incertidumbre…
si
hablamos con la gente allá afuera, nadie sabe para dónde va después de la
muerte; no tienen certeza si su espíritu es inmortal, o todo termina al morir, y
muchos viven bajo este lema: comamos y bebamos, que mañana moriremos….
-La
gente allá fuera cree que todos somos hijos de Dios así nada más por el hecho
de ser creados por Dios…y como Dios es amor y ya Cristo pagó por nosotros,
podemos seguir pecando sin arrepentimiento. Es otra mentira.
*Se les
da trato humano a los animales y se trata a los humanos como animales.
Las
nuevas ideologías han acabado de confundir más, y muchos no saben si son
humanos o animales; si son hombre o mujer, se casan con un perro o con un
caballo o una vaca etc. etc.
Y toda
esta confusión es provocada por satanás que le interesa que el hombre ande
confundido, inseguro; inventa toda estrategia para impedir que las almas vengan
al Señor, sino que sigan siendo sus esclavos.
Solo
Jesucristo puede salvarnos y hacernos libres.
Vamos
a Rom.6:20-23, “Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres
acerca de la justicia. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales
ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.
Mas
ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis
por vuestro fruto la santificación y como fin la vida eterna. Porque la paga
del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús
Señor nuestro.”
Y Jn.8:31-32:
Solo permaneciendo en Cristo seremos libres de esclavitud.
*Entonces
tenemos claramente que el reino de Dios y el reino de las tinieblas, son
completamente antagónicos.
El
diablo no pierde oportunidad para ver cómo nos hace caer: se atrevió a tentar a
Jesús con comida, con poder, gloria, fama y riquezas. Mat.4:3-9. Es lo que
la mayoría de la gente busca a costa de lo que sea.
Como
creyentes, estemos atentos para no caer en las astucias y mentiras del enemigo,
no sea que, siendo creyentes, confiemos en nosotros mismos, seamos engañados y
caigamos en su red de mentiras. El mejor ejemplo, Pedro.
-Y
tenemos el ejemplo de Josué, él tenía claro a qué reino pertenecía; a quien debía
servir con lealtad, al Dios de los ejércitos, al Dios de Israel.
-Ya
para terminar su misión, reúne a todo el pueblo; y después de recordarles todas
las misericordias pasadas del Señor para con ellos, les hace esta declaración:
Josué
24:15 “Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a
quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando
estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra
habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.”
Josué
estaba claro bajo qué bandera militaba, a qué reino pertenecía y servía. Quién
era su Señor y Rey.
Tres
cosas para puntualizar:
¿Tiene claro a qué reino
pertenece, y quien es el Señor de su vida?
¿Tiene claro si está siendo
leal, y si con lo que hace agrada a su Señor?
¿El Señorío de Cristo tiene
dominio en todas las áreas de su vida, o aún no ha rendido su vida a Cristo?
Oración:
Filipenses
2:5-11
Orfilia
Miranda Londoño