“No temas, porque yo estoy contigo; no
desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te
sustentaré con la diestra de mi justicia.” Is. 41:10
Nunca
antes las noticias del mundo eran conocidas tan rápidamente, como lo es hoy
día.
El
avance de la tecnología ha hecho que más personas se enteren de todo lo que
pasa en los lugares más remotos y de manera simultánea al suceso.
Gracias
a la televisión, a la radio y a tantos artefactos de video, ya no dependemos de
un diario escrito que llegue a nuestra puerta para enterarnos de las noticias
de ayer.
Eso
es bueno, la rapidez y eficiencia en las comunicaciones beneficia los negocios,
la economía mundial y al desarrollo de los pueblos en sentido positivo, pero también
nos pueden afectar mucho las noticias negativas que con tanta rapidez nos
llegan de todas partes ya que, lamentablemente, los noticieros se enfocan más
en las noticias negativas que en las positivas. Pocas veces dan bonitas noticias
que nos llenen de esperanza y optimismo.
El
mundo siempre ha estado y estará mal a causa del pecado y sus consecuencias, en
unos lugares más que en otros, simplemente que no nos enterábamos tan fácil y
tan rápido como en nuestros días y esto nos hace parecer que hoy hay más maldad
que antes.
Desde
luego que tenemos que entender, que a causa de la globalización, no sólo se intercambia
economía, comercio, negocios, costumbres y modas, sino también el crimen y muchas
formas de violencia.
El
mundo con su sistema y los que están inmersos en él, viven preocupados por los
vaivenes repentinos y se angustian porque no entienden los tiempos y viven sin
esperanza.
Para
los creyentes que tenemos la confianza puesta en Dios nuestro Padre y vivimos
con la esperanza de una vida gloriosa después de la muerte, estamos confiados,
haciendo lo que nos corresponde hacer y confiando en que Dios suplirá los que
nos haga falta.
Cada
día, el consumismo nos crea la necesidad de muchas cosas que no son indispensables
para vivir; nos ha fabricado estatus sociales con esto y con aquello otro, que
si no lo tienes, te descalifican y no eres una persona de “éxito.”
A
esto le agregamos que cada año siempre hay nuevas alzas en todos los servicios,
hay nuevos impuestos, y aumento en otros, sólo el salario no sube o sube muy
poco.
Así
mismo, cada fin de año la gente hace propósitos de muchas cosas… y que casi siempre,
nunca los cumplen… Siempre será la misma historia todos los años… pero extrañamente,
con miles de trabajos la gente logra sobrevivir cada año.
Pero
el creyente no debe caer en esa trampa del enemigo para angustiarnos, para
desenfocarnos de nuestra vida de fe que es lo que realmente tiene valor:
“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare
todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su
alma?” Mat. 16:26.
Aunque
parezca muy oscuro el panorama, no debemos temer porque el Señor conoce todas
esas cosas; él está con nosotros; él prometió ayudarnos y nunca dejarnos: Isa
41:10
“No temas, porque yo estoy contigo; no
desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te
sustentaré con la diestra de mi justicia.”
Esta
Palabra de confianza que el Señor nos da en este texto, ha sido mi soporte
durante muchos años; con ella me he enfrentado a los momentos más duros de mi
vida, y no estoy diciendo que no he flaqueado, muchas veces he sentido el
desaliento y la tristeza como todos los humanos, pero esta promesa me ha
levantado de nuevo y dado fuerzas para seguir el camino.
Escuchar
estas palabras: no temas, no desmayes, soy tu Dios que te doy fuerzas, siempre te ayudaré, siempre te sustentaré,…¡es siempre! ¡todo
el tiempo! Estas palabras deben tener un peso grande en la vida de nosotros los
creyentes, los hijos de Dios.
De
ninguna manera Dios nos está diciendo que huyamos de los problemas o que nos va
a sacar de ellos, no; su promesa es de ayuda, de soporte, de darnos fuerzas, de
sostenernos en los momentos de flaqueza cuando las fuerzas nos fallen para
continuar el camino de la fe en medio de este mundo convulsionado y de
antivalores, porque él es nuestro DIOS que nos esfuerza a hacer las cosas.
Jesús
cuando oró al Padre, le pidió que guardara a sus seguidores que quedaban en el
mundo, no que los sacara o los librara de estar en el mundo, sino que los sostuviera
en sus embates allí donde estaban. Jesús sabía que por creer y recibir la
Palabra de verdad, ellos iban a ser aborrecidos por el mundo. El mundo aborrece todo lo
que no es de él y no le sirve.
Por
lo tanto, nadie que diga ser creyente y discípulo de Jesús, pretenda ser aceptado
por el mundo.
Jn. 17:14-17
“Yo les he dado tu palabra; y el mundo los
aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
No ruego que los
quites del mundo, sino que los guardes del mal.
No son del
mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Santifícalos en
tu verdad; tu palabra es verdad.”
Hay
pues, una promesa de especial cuidado de Dios para los que le aman, para los
suyos, para todos los que hemos depositado en sus manos nuestra vida creyendo
en su Palabra. Para todos los que vamos pasando por este mundo, conscientes de
que no pertenecemos a este sistema de tinieblas, de perversión y maldad.
Dios
promete especial cuidado y su ayuda a los que creemos en su Palabra, y así vengan
las noticias que vengan, estaremos confiados porque él es nuestro Dios que nos
sostiene y nos esfuerza. ¡Bendiciones!
Orfilia Miranda Londoño
orfimilondo@gmail.com
¿Cuántos rechazos ha sufrido por ser seguidor de Cristo?
¿Qué tanto es aborrecido por el mundo....y.... cuánto aborrece usted al mundo?
¡UN FELIZ AÑO NUEVO 2015, LLENO DE
BENDICIONES!